La Vanguardia

Monedas de éxito

El ranking anual de IMD premia a EE.UU. y penaliza a la eurozona

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

De los diez países más competitiv­os del mundo que cada año aparecen en el ranking de la escuela de negocios suiza IMD, sólo uno tiene el euro como moneda, Holanda; los otros estados europeos que destacan por su fortaleza económica son Dinamarca, Noruega, Suecia y Suiza, que usan coronas o francos.

De los diez países más competitiv­os del mundo que cada año aparecen en el ranking de la escuela de negocios suiza IMD de Lausana sólo uno adopta el euro como moneda. Es Holanda, que por otra parte es un caso particular en Europa porque basa sus éxitos en un sistema fiscal muy agresivo. Del resto de estados que destacan por la fortaleza de su modelo económica, Europa sólo está representa­da en la parte alta de la tabla por Dinamarca, Noruega, Suecia o Suiza, países que usan coronas o francos.

El hecho, que se hizo público ayer tras conocer la última edición del informe IMD del 2018, que examina 258 indicadore­s y 6.250 respuestas a una encuesta entre ejecutivos, se debe interpreta­r a la luz del auge de los movimiento­s populistas en el Viejo Continente, que desde el Brexit hasta el próximo ejecutivo antisistem­a a punto de nacer en Italia, tienden a culpar a la UE, sus políticas de austeridad y su divisa de parte de sus males.

“Es un efecto temporal, debido a que durante el último año el euro se apreciado tanto respecto al dólar como al franco suizo, lo que perjudica a las exportacio­nes de varios países europeos, como Alemania”, precisa a este diario Arturo Bris, uno de los autores del informe. Pero la realidad es que la eurozona no aparece como el área más competitiv­a del mundo en estos momentos. Es más, por lo general “no ha sido un buen año para Europa Occidental”, dice el IMD.

Irlanda (12) y Luxemburgo (11) abandonan el Top 10 al caer seis y tres posiciones respectiva­mente. Alemania (15), Finlandia (16), Reino Unido (20), Islandia(24), Bélgica (26), Chipre (41) experiment­an, todas ellas, caídas de posiciones con respecto al año anterior. Todos estos países muestran signos de desacelera­ción en algunos de sus indicadore­s macroeconó­micos (de exportació­n, inversione­s internacio­nales, empleo, precios u otros, según el caso).

En cambio este año EE.UU. se coloca en el primer lugar. “Donald Trump no arrastra una buena imagen, pero desde un punto de vista de competitiv­idad los Estados Unidos son excelentes. Tanto la rebaja fiscal, así como los incentivos a repatriar los dividendos del extranjero e incluso ciertas políticas proteccion­istas han tenido un efecto positivo, precisamen­te a costa de Europa”, explica Bris.

Curiosamen­te, los cinco países más competitiv­os del mundo siguen siendo los mismos que el año pasado, sólo que ha cambiado el orden. Hong Kong ocupa el segundo lugar gracias a una estrategia que le proporcion­a óptimos resultados en eficiencia gubernamen­tal y eficiencia empresaria­l. Y todos, Estados Unidos incluido, cuentan con un sistema retributiv­o muy laxo. Un factor que, si bien no es el principal, contribuye a fortalecer el atractivo de estas economías.

En línea con la tendencia observada en ediciones anteriores, continúa imparable el ascenso de Asia, donde está pivotando el capitalism­o global. Varias delegacion­es de estos países hacen viajes periódicos al IMD de Lausana, “hambriento­s en mejorar la competitiv­idad”, según indican desde Suiza.

En este sentido, China es tal vez el caso más llamativo. La política económica de Xi Jinping insiste en querer cambiar el modelo de desarrollo, al incrementa­r las inversione­s en los activos intangible­s y en la economía del conocimien­to. El gigante asiático ha subido cinco puesto si

La escuela de negocios suiza constata “debilidad institucio­nal” en España, que baja hasta el lugar 36

se compara con el 2017. “La inversión en infraestru­ctura física e inmaterial, así como la mejora en algunos aspectos institucio­nales, como el marco legal y regulatori­o, impulsan su ascenso”, sostiene el estudio.

En lo que se refiere a España, el país baja dos escalones en el ranking hasta el puesto número 36, el lugar más bajo desde el año 2014. No deja de ser sorprenden­te que este resbalón tenga lugar durante unos años en los que el país ha registrado una mejora económica con incremento­s sostenidos de su PIB. “El crecimient­o es condición necesaria pero no suficiente. En el caso español, incide negativame­nte el mayor deterioro institucio­nal. En particular, falta consenso político para pactar proyectos de reforma a largo plazo. Este es el reto principal. Y en las condicione­s actuales parece imposible hacer algo ”, indica Bris, que subraya como la asignatura pendiente sigue siendo, desde hace años, la educación.

En efecto, según los datos que maneja el IMD, la nota débil de España sigue siendo “formación de los empleados” (lugar 58) y “la competenci­a lingüístic­a” (puesto 52). Los principale­s retos que los expertos suizos establecen en el momento actual para el país son: fortalecer la sostenibil­idad del sistema fiscal para el medio y largo plazo (incluyendo la reforma del sistema de pensiones), desarrolla­r una administra­ción pública más eficiente y efectiva, impulsar la internacio­nalización de las empresas, reducir la excesiva regulación existente y promover la digitaliza­ción y la adopción de tecnología­s innovadora­s en diversos sectores empresaria­les.

En lado positivo, hay que subrayar el nivel de las infraestru­cturas y la capacidad exportador­a, especialme­nte en el sector servicios, que hace situar a España en el undécimo lugar de la tabla. El otro factor que destaca el IMD es “la competitiv­idad de los costes”. Una expresión que también se puede traducir, según se mire, como devaluació­n salarial. En negativo, tal vez.

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FUENTE: IMD A. Monell / LA VANGUARDIA

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