El 95% de los ferroviarios franceses rechaza la reforma de Macron
El Gobierno francés sufrió ayer un serio revés en el agotador pulso que libra con los sindicatos ferroviarios. Casi el 95% de los empleados que participaron en una consulta interna en la SNCF –equivalente a la Renfe en España– se pronunciaron en contra de la reforma del sector que quiere el Gobierno y que ya ha pasado un primer trámite en el Parlamento.
El referéndum no tenía carácter vinculante y no es reconocido válido ni por la dirección de la SNCF ni por el Gobierno. Se trata, sin embargo, de un claro contratiempo, político, psicológico y de imagen, para los partidarios de la reforma, piedra de toque de la voluntad transformadora del presidente Emmanuel Macron.
El Gobierno acudirá debilitado al próximo encuentro para tratar de superar la crisis. A la vez, el rotundo no de los trabajadores infunde moral a los sindicatos para proseguir la huelga intermitente que mantienen desde el pasado 3 de abril y que ha causado grandes molestias a los usuarios y cuantiosas pérdidas a una compañía que arrastra una deuda astronómica.
En la votación participaron unos 90.000 empleados sobre una plantilla de 150.000. Su resultado recuerda el desenlace de otra consulta, hace unas semanas, en Air France –sobre la oferta de aumento salarial–, que también fue rechazada y desembocó en la dimisión del presidente de la aerolínea. Es evidente que la combatividad entre los asalariados franceses es mayor que en otros países y se resisten con uñas y dientes a cambios que impliquen renunciar a marcos protectores heredados del pasado.
La reforma ferroviaria pretende abrir el servicio a la competencia privada, tal como exige Bruselas. Las actuales compañías que prestan el servicio se transformarán en sociedades anónimas, aunque de capital público. El punto más conflictivo es la eliminación del estatuto laboral específico, un trato diferenciado –y privilegiado– que los cheminots (ferroviarios) conquistaron hace un siglo y que no aceptan perder.
Según Laurent Brun, líder de la rama ferroviaria del sindicato CGT, el resultado del referéndum “desacredita por completo” a la dirección de la SNCF. “Sería un error ignorar este aviso”, dijo. Brun, que es hijo y nieto de ferroviarios –algo muy común en el oficio–, cargó también contra el “autoritarismo extremo” del Gobierno en la gestión del problema. Si no hay acuerdo, la huelga continuará hasta finales de junio e incluso podría extenderse más allá, hasta el inicio de las vacaciones.