JOAN PALACIO
38 años Músico
Durante más o menos 10 años, he tenido un perfil de Facebook. Aparte de mi perfil personal, gestionaba la página de mi cuarteto y la de una asociación de la cual era secretario. Empecé, como todo el mundo, con Facebook a través de la web en el ordenador, y después, con la aplicación del teléfono. Al principio era de los que ponía muchas cosas, frases filosóficas, fotos mías tocando. Con el tiempo, fui reduciendo las publicaciones, pero no el chismorreo. Mis primeros intentos de dejar Facebook de lado fueron desinstalar la aplicación del móvil un par de veces hasta que, al final, decidí borrar el perfil. ¿Los motivos? Un poco de todo: me di cuenta de que cualquier rato muerto que tenía lo dedicaba a consultar Facebook. Algunas publicaciones me creaban envidia, bloqueaba o silenciaba a personas que no me interesaban. Muchas cosas que no hacían más que restar.
Paralelamente, tenía una cuenta de Twitter y otra de Instagram que reciclé para informarme sobre gastronomía, que es algo que me provoca mucha satisfacción. En este sentido, Instagram es genial como herramienta visual para poder coger ideas, y Twitter como herramienta informativa, aunque es más salvaje y hay de todo. Lo que sí encuentro positivo de las redes sociales es la posibilidad de estar conectado con otras personas, portales o perfiles que te puedan aportar información, pero también son un arma de doble filo, ya que puedes llegar a estar demasiado conectado, y acabas perdiendo el mundo de vista.