El cocinero preguntón
Durante muchos años Ferran Adrià se dedicó a dar respuestas sabrosas e inesperadas a las preguntas que el propio comensal se hacía ante una cocina que rompía todos los moldes. Sorprendió, fascinó, provocó, emocionó y, sobre todo, invitó a pensar a través de una obra que serviría para crear un nuevo lenguaje en la cocina. Cuando decidió cerrar las puertas del restaurante, en el 2011, para crear El Bulli Foundation, tuvo que dar explicaciones sin parar sobre el motivo de aquella decisión y sobre lo que preparaba para el futuro. El resumen de sus argumentos era que necesitaba reinventarse para seguir explorando el terreno creativo. Desde entonces, el genial cocinero ha expuesto en museos de 17 ciudades, y el mundo del arte sigue interesándose por conocer el universo creativo de El Bulli. Después de haber aportado la obra más extensa que se ha documentado de un restaurante, resumida en una colección de libros que necesita varias estanterías, Adrià se pasó del ámbito de las respuestas al de las preguntas.
Quienes le conocen saben que desde aquel verano de hace siete años en que empezó a tramar lo que sería el Bulli Lab, en Barcelona, ahora convertido en la Bulligrafía y que en un futuro contará con 5.000 metros cuadrados expositivos, Ferran Adrià se ha convertido en el chef preguntón. En noviembre se presentarán los libros en los que reordena el conocimiento culinario a base de buscar respuestas desde diferentes disciplinas a las preguntas aparentemente más básicas, pero también a las más complejas.
Su octava exposición en los últimos cinco años parte, no podía ser de otra manera, de una pregunta: en este caso es imaginaria y sería Picasso, su gran referente en el arte, quien se la formula a él: ¿qué es la cocina? No hay una respuesta sino muchas, y es lo que refleja la exposición que muestra la visión desde el propio Museu Picasso, de la aportación creativa de Adrià. Incluye dibujos del propio cocinero, vídeos desde el entorno del arte (Richard Hamilton fue crucial para abrirle los ojos a la complicidad entre arte y cocina), artilugios y fotos de las 1.846 elaboraciones que salieron de El Bulli. Si ayer el chef estaba emocionado no era sólo por algo inimaginable como que se expusiera su trabajo en un museo tan emblemático como porque había hallado una respuesta a una vieja duda. “No entendíamos por qué los artistas no se interesaron por la cocina entre principios del XX, tras Auguste Escoffier, hasta la nouvelle cuisine. Y hoy lo hemos descubierto: porque en esa etapa no hubo creatividad ”.