El peso del valor añadido
Si valoramos la situación actual en Andorra, la singularidad de la propia economía hace que las exportaciones de mercancías tengan una relevancia relativamente poco importante para evaluar la competitividad y la marcha de la economía del país.
El Principado presenta, estructuralmente, un elevado déficit comercial y una tasa de cobertura de las exportaciones muy baja (8,1%, en 2017), que se contrarresta con los importantes ingresos que proceden de las exportaciones indirectas de servicios, principalmente turísticos, y del consumo de los no residentes.
La intensa especialización en la prestación de los servicios turísticos, el importante peso del sector comercial en la estructura productiva, la escasez de recursos básicos y la dimensión del país han derivado en una presencia reducida de la industria transformadora, principal fuente de exportación de un país.
Ese peso reducido de la industria en la economía andorrana comporta un volumen de exportaciones poco significativo. El total de la industria representa solo en torno al 5% del VAB (valor agregado bruto) y, además, cabe señalar que la mayor parte de las empresas industriales están orientadas al mercado interno. La carencia de suelo industrial y, por lo tanto, el alto coste del terreno, así como los costes de logística, transporte y distribución, son factores que no han propiciado el desarrollo de una industria transformadora tradicional.
Sin embargo, fruto de la apertura económica de los últimos años, se está desarrollando un sector industrial y de servicios profesionales de alto valor añadido con una clara vocación internacional, que ayudará a impulsar el crecimiento de operaciones de comercio internacional por parte de las empresas andorranas en los próximos años.
De acuerdo con los datos estadísticos de comercio exterior, en 2017 las exportaciones andorranas han experimentado una evolución alcista, con un crecimiento bastante notable, del 17% (más intenso que el que se registró en 2016, que fue del 12,6%). El primer grupo de exportación de 2017 ha seguido siendo, como es habitual desde 2007, el de maquinaria y material eléctrico, con un peso del 29,6%, seguido del material de transporte (19,8%), la óptica, fotografía y aparatos de precisión (13,4%) y las piedras, perlas y metales preciosos (10,1%).
Si valoramos las opciones de futuro, me atrevería a decir que hasta ahora el hábito comercial ha estado centrado exclusivamente en la venta dentro del mercado interno, sea por costumbre, por falta de necesidad o por la dificultad que ha representado y todavía representa en ciertos productos poder exportarlos desde Andorra, que es un
país tercero, esto es, no miembro de la UE.
- Dificultades burocráticas y aranceles o impuestos comunitarios que imposibilitan la comercialización al exterior.
- Las negociaciones que el Gobierno andorrano mantiene con la UE dentro del acuerdo de asociación ya nos dice, y somos conocedores de ello, que está pactado y acordado, entre otros dos puntos que facilitarán la exportación.
- La libre circulación de los productos agrícolas (código aduanero del 1 al 23), un punto que los empresarios andorranos, desde la creación de la Cámara de Comercio, veníamos reclamando.
—En especial, también la libre circulación de mercancías en general.
En paralelo, en la Cámara de Comercio ya estamos trabajando para facilitar y poder dar la máxima información y formación posible a las empresas para que puedan exportar de forma ágil y normal, como pasa entre países miembros de la UE.
Aparte, queremos también fomentar y acompañar a los empresarios en la práctica comercial del e-commerce, negociando y trabajando conjuntamente con el Gobierno andorrano y de los países vecinos para solucionar todas las trabas burocráticas, de cobro y pago y de transporte.
Queremos que las empresas puedan operar ágilmente desde Andorra, sin tener la necesidad de establecerse en los países vecinos.
Respecto al e-commerce: no solo queremos facilitarlo y promocionarlo para las empresas, sino que también puedan acceder a él los comercios y las empresas pequeñas, agrupadas, para ser más ágiles y efectivas.
En definitiva, como veníamos anunciando últimamente desde la Cámara de Comercio, uno de nuestros principales objetivos es fomentar y facilitar al máximo la exportación de forma generalizada, ya que debe ser una nueva fuente económica para el comercio de Andorra.
Actualmente, podríamos decir que de forma indirecta exportamos a 8 millones de clientes, y que hay que abrir las puertas de Andorra al mercado mundial, donde hay cerca de 8.000 millones...