La Vanguardia

Bruselas critica el alza en pensiones referencia­da a la inflación

La CE censura esta política, pero salva de manera global el presupuest­o español

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

En Bruselas no sentó nada bien el giro que dio el Gobierno español con las pensiones en abril. Fue cuando, empujado por la presión en la calle, el temor a la pérdida del electorado pensionist­a y la necesidad de aprobar los presupuest­os, pactó con el PNV una subida que disparaba el gasto en unas cuentas hasta entonces bien encarrilad­as. La Comisión Europea ya había enviado señales de descontent­o, pero ayer formuló una crítica en toda regla. Censuró tanto el aumento del déficit en este año como el aplazamien­to de la reforma que aseguraba la sostenibil­idad del sistema a largo plazo.

Es verdad que, a pesar de estas críticas, Bruselas da por buenos los presupuest­os del 2018. Reciben un aprobado “en líneas generales” que se justifica porque el déficit quedará por debajo del límite sagrado del 3%. Cruzar esta línea sería grave, quedarse por debajo permite obtener un aval aunque, como en este caso, sea con advertenci­as añadidas. En concreto, lo que preocupa a la Comisión Europea es que según sus previsione­s, una vez incorporad­o el gasto extra en pensiones, el déficit será del 2,7%, muy por encima del objetivo fijado, que es del 2,2%.

En su razonamien­to, Bruselas empieza por considerar que el nivel de las pensiones españolas es alto. Alaba el sistema diciendo que “desempeña un papel importante para mantener la calidad de vida de la gente mayor, que, como resultado, tienen que hacer frente a un nivel significat­ivamente más bajo de riesgo de pobreza que las generacion­es más jóvenes”. Y añade que “en relación con los sueldos, las actuales pensiones (españolas) están entre las más altas de la UE”. A partir de ahí cuantifica el gasto que supondrá el aumento pactado en abril, cuando se decidió subirlas un 1,6% este año en vez del 0,25% decidido anteriorme­nte. El resultado es una décima más de déficit, que es la que nos lleva hasta el 2,7%, cada vez más lejos del objetivo (2,2%) y más cerca del límite (3%). Es por ello, que la Comisión Europea advierte a las autoridade­s españolas que deben “estar preparadas para tomar medidas” para asegurar que el presupuest­o esté totalmente en línea con las normas de disciplina fiscal. Es decir, si se acercara peligrosam­ente al 3%.

España tiene el viento a favor. Ha ido recortando el déficit gracias a un crecimient­o potente, por encima del 3% desde el 2015 y que este año se espera que acabe en un 2,9%. A partir del 2019 irá ralentizán­dose, y en el horizonte la nube italiana presagia tormenta. Por tanto, el motor principal para enjugar déficit reducirá sus prestacion­es, lo que hace más necesario evitar un desborde del gasto para mantener el control de las cuentas.

Respecto a las pensiones, preocupan de manera inmediata, es decir, su impacto en el déficit del 2018, pero también su sostenibil­idad a largo plazo. En sus recomendac­iones, la CE advierte que “el aumento de las pensiones y el aplazamien­to del factor de sostenibil­idad pone en cuestión el compromiso con la reforma de las pensiones”. Recordemos que este factor de sostenibil­idad, que relaciona pensiones con esperanza de vida, quedó aplazado hasta el 2023. Un retraso que preocupa por lo que supone de echar atrás la reforma.. El vicepresid­ente de la CE, Vladis Dombrovski­s, afirmó que “nosotros no recomendam­os revertir las reformas de las pensiones y esperamos que sigan aplicándos­e” y añadió que ha que “tener en cuenta la sostenibil­idad a largo plazo” del sistema de pensiones.

Son las alertas que lanza la Comisión Europea, muy interesada en comprobar la determinac­ión del gobierno español en llevar a cabo una reforma que, al menos desde Bruselas, se considera esencial para preservar el sistema a largo plazo. Partiendo de la base, como hace la CE, que las pensiones españolas son altas en relación con los salarios, la sostenibil­idad parece más fácil de conseguir. Desde el punto de vista de los jubilados, la percepción es muy distinta, como se constató en las movilizaci­ones de los meses pasados.

Gasto de pensiones al margen, Bruselas avisa de otros riesgos potenciale­s para el déficit como la posibilida­d de que las contribuci­ones sociales “no alcancen los niveles previstos” y que los pagos a los empleados públicos sean superiores a lo esperado. Además, considera que el gasto podría incrementa­rse este año por el rescate de las autopistas y la cancelació­n de la concesión de Aigües Ter Llobregat (ATLL).

Por otro lado, ayer la Comisión Europea también anunció su recomendac­ión para que Francia salga del procedimie­nto de déficit excesivo. Por lo tanto, España queda como el único país sujeto a este proceso sancionado­r. El número de estados con déficit excesivo ha pasado de 24 en el 2011 a sólo uno, España, en el 2018. La parte positiva es que se espera que también salga el próximo año.

GASTO EXTRA

El gasto extra en pensiones aumentará el déficit hasta el 2,7% en el 2018, según la CE

DÉFICIT EXCESIVO

España queda como el único país sometido al procedimie­nto de déficit excesivo

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STEPHANIE LECOCQ / EFE Pierre Moscovici, comisario europeo de Asuntos Económicos

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