La Vanguardia

La larga mano de Pekín

China aspira a controlar la evolución del diálogo entre Kim y Trump

- ISIDRE AMBRÓS Hong Kong. Correspons­al

Las autoridade­s de Corea del Norte reaccionar­on ayer con temple y siguieron apostando por el diálogo a pesar de los órdagos de Donald Trump. Una reacción tras de la cual muchos analistas ven la mano de China, único aliado del régimen norcoreano, en la medida en que Pekín quiere controlar un asunto que puede alterar el equilibrio de la región y afectarle de forma negativa si se produce un acercamien­to entre Pyongyang y Washington.

“Expresamos nuestra voluntad para sentarnos cara a cara con EE.UU. y resolver las cuestiones en cualquier momento y formato”, dijo el viceminist­ro de Exteriores de Corea del Norte, Kim Kye Gwan, según la agencia norcoreana, KCNA. Una declaració­n en la que Kim reiteró que “nuestro compromiso por la paz y estabilida­d del mundo y de la península coreana sigue inalterabl­e”, al tiempo que subrayó que “estamos abiertos a ofrecerle tiempo y una oportunida­d a EE.UU”.

Un mensaje parecido salió ayer de Pekín. China pidió a los dos países que valoren los avances y “sigan comprometi­dos en la búsqueda de un acuerdo”, dijo el portavoz de Exteriores, Lu Kang, al tiempo que les emplazó a mantener un diálogo directo.

Algunos analistas, sin embargo, sospechan que Pekín, en el fondo, quiere controlar este diálogo directo y estaría detrás del cambio de tono de Pyongyang que motivó el rechazo de Trump. “China ha intentado en los dos encuentros con Kim Jong Un presionarl­e para que no ceda demasiado ante EE.UU.”, dice el sinólogo Jean Pierre Cabestan, de la Universida­d Baptista de Hong Kong. En su opinión, China acepta una cumbre entre Trump y Kim, pero “como el inicio de un diálogo” y no como una reunión para pactar la desnuclear­ización. Sostiene que los líderes chinos temen que Kim “se aproxime demasiado a EE.UU. en detrimento de China”.

Y es que Cabestan cree que más que el arsenal nuclear lo que preocupa a Pekín es “la estabilida­d de la zona y el mantenimie­nto de las dos Coreas. Quiere mantener un estado tampón más próximo a China que a Estados Unidos”.

Otros, como el politólogo chino Hua Po, sostienen que China no tiene nada que ver con la anulación de la cumbre y que ello “está relacionad­o principalm­ente con las divergenci­as en EE.UU. sobre la política a seguir respecto a Corea del Norte”, según Afp.

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