Guerra de símbolos
Diputados soberanistas y de Cs se enfrentan por la presencia de lazos amarillos en el Parlament en plena polémica de las cruces en las playas
Los enfrentamientos vividos estos días en playas catalanas por la plantada de cruces tuvo un reflejo ayer en el Parlament. Diputados independentistas y de Ciudadanos se enfrentaron por la presencia de lazos amarillos en el hemiciclo, el símbolo con el que los soberanistas evocan a los políticos que están en prisión preventiva.
La presencia de estos lazos en el Parlament no es nueva pero ayer los diputados independentistas llenaron con ellos la bancada del Govern, cuyos consellers aún no han tomado posesión. Uno de estos lazos fue colocado estratégicamente debajo de Inés Arrimadas. Cada vez que las cámaras captaban su imagen, la cara de la líder de Ciudadanos aparecía sobre el símbolo amarillo. Aquí empezó la pelea. El portavoz de la formación naranja, Carlos Carrizosa, tomó la palabra apenas comenzado el pleno y, muy enojado, exigió la retirada de los lazos. Los diputados de Ciudadanos lo consideraron una provocación inadmisible. “Exijo su retirada inmediata o lo quitaré yo”, insistió Carrizosa, visiblemente enfadado. El de Ciudadanos lamentaba que los soberanistas “no respetan” la pluralidad de Catalunya y, en su opinión, se apropian los espacios públicos e institucionales, atribuyéndoles un significado de parte, la suya, cuando “son de todos”.
Al final, Carrizosa cogió el lazo y lo arrojó a un lado. Ese gesto indignó a los diputados independentistas, que vieron en él violencia y desprecio gratuito. El rifirrafe fue en aumento y Elsa Artadi volvió a colocarlo, Carrizosa lo volvió a retirar, varios miembros de Junts per Catalunya se levantaron para afearle el gesto y mientras el president del Parlament, Roger Torrent, reñía a los diputados. “Esto no es un patio de colegio”, se quejó. Ante la escalada de tensión, Torrent optó por suspender temporalmente el pleno y reunir a los portavoces de los grupos para exigir respeto mutuo. Al final se llegó a un acuerdo de mínimos. El lazo ya no estaría bajo Arrimadas, sino al lado de Torra.
Fue una solución para salir del paso y la riña continuó. El diputado de la CUP Carles Riera llamaba “fascista” a Carrizosa en medio de la sesión, calificativo al que se sumó en declaraciones posteriores el diputado de JxCat Eduard Pujol.
Muchos diputados acabaron molestos por “el espectáculo” y preocupados por las repercusiones que esta riña pudiera tener en la calle. Los incidentes violentos por el proceso independentista no son numerosos, pero el goteo no cesa y en los últimos tiempos se han incrementado, como ocurrió en las playas –mañana hay prevista una plantada de cruces amarillas en Mataró–. El Parlament ayer no sirvió de ejemplo para la paz ciudadana.