L’Ametlla del Vallès activa la consulta sobre el topless en sus piscinas
¿Topless en la piscina sí o no? Esta es, en esencia, la pregunta que se plantea a las mujeres mayores de 16 años empadronadas en l’Ametlla del Vallès que quieran participar en la consulta digital vinculante organizada por el Ayuntamiento. Desde ayer, 25 de mayo, hasta el próximo 10 de junio las votantes decidirán si se modifica o no el reglamento de las piscinas de verano de los equipamientos municipales de Ca l’Arenys y de Can Camp para permitir ir sin la parte de arriba del bikini en estas instalaciones. La normativa municipal actual –como en la mayoría de piscinas municipales de Catalunya– prohíbe tomar el sol, bañarse o pasearse con los pechos al aire por el recinto.
La consulta surge después de la polémica generada el verano pasado cuando dos mujeres denunciaron que se les había prohibido estar en la piscina pública sin la parte superior del bikini. El socorrista las alertó de que estaban incumpliendo la normativa. Después de que ellas insistieran en que no se cubrirían, avisó a la policía local. Una pareja de agentes les indicó que si no cumplían tendrían que pagar una multa de 600 euros por desobediencia y 600 euros más por incumplimiento de la normativa. A partir de ahí se movilizaron y crearon el perfil @mugronslliures en Twitter, desde donde reivindican que la prohibición es “una discriminación de género, porque, desde que nacemos, tanto hombres como mujeres tenemos pezones”.
El gobierno municipal –formado por seis concejales del PDECat y uno del PSC– lleva meses trabajando para organizar la consulta antes de que empiece la temporada de baño. La concejal de Comunicación, Dolors Ferrer, detalla que “a pesar de que el reglamento de las piscinas municipales de muchos ayuntamientos no permite el topless, hemos optado por abrir un proceso participativo para dar voz a las mujeres. Nos ha llegado tanto comentarios favorables al topless como de personas que les molesta que se practique”, argumenta. El Ayuntamiento pidió asesoramiento al Observatori de la Igualtat de Gènere del Institut Català de les Dones, desde donde se le aconsejó que el referéndum fuera “exclusivo para las mujeres”. El Ayuntamiento se compromete a cumplir con la opción más votada.
Anna Cammany, miembro de Mugrons Lliures, considera que la consulta es un sinsentido. “No podemos votar sobre derechos fundamentales. Hay que luchar para que no haya un precedente de votar una cosa que es una discriminación”. Por eso han recurrido al Síndic de Greuges, quien pidió al Ayuntamiento que valorase la suspensión de la consulta.