La moción de censura topa con las condiciones de Cs
Rivera apoyará al líder del PSOE sólo si convoca elecciones, y este quiere gobernar Rajoy acusa a Sánchez de aliarse con los independentistas
Órdago a la grande. Pero, también, operación de altísimo riesgo político. “¿Riesgo? ¡El gran riesgo que teníamos era no hacer nada!”, advierten veteranos estrategas socialistas. “¡Ahora o nunca! ¡A retratarse todos!”, animan los más fieles. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, quiso ayer sorprender a todos y actuar sobre hechos consumados. “El factor sorpresa”, justifican algunos. “Para cubrir todos los flancos”, argumentan otros. Para impedir en último extremo, pensaron, que Mariano Rajoy pudiera precipitar unas elecciones que anularan la iniciativa.
Cuando la ejecutiva del PSOE se reunió ayer en Ferraz a las once de la mañana, y para sorpresa incluso de muchos de los convocados, la moción de censura contra Rajoy ya había sido presentada y sellada en el registro del Congreso por la portavoz socialista, Margarita Robles, hacía más de media hora. Con las firmas apresuradas de los 84 diputados del PSOE y del PSC. Sin posibilidad de debate interno en la ejecutiva, cuestionaron algunos. “Ya contaba con todo el apoyo”, defendió el núcleo duro, tras las consultas celebradas durante toda la jornada anterior, y tras las que se ordenó silencio absoluto y móviles apagados.
Una moción dirigida a “exigir la responsabilidad política” del gobierno de Rajoy, “para recuperar la dignidad de las instituciones y restablecer la imprescindible estabilidad política”, según reza el texto. Y que designa a Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno.
Ya no hay vuelta atrás. Según los cálculos que el grupo parlamentario socialista trasladó a Sánchez, el debate de la moción de censura podría celebrarse a mediados de junio. En Ferraz concluyen que “no hay nada que puedan hacer”, ni Rajoy ni Albert Rivera, para impedirlo.
Sánchez informó primero al jefe del Estado, Felipe VI. Y a las doce y media de la mañana, con toda la expectación desatada, compareció en Ferraz, arropado por los pesos pesados de su ejecutiva. Terno oscuro y corbata. Declaración con pretensión de solemnidad ante el paso dado. “Porque excepcional es la situación que está atravesando nuestro país después de conocerse la sentencia del caso Gürtel”, arrancó Sánchez, tras oficializar la presentación de la censura. Una iniciativa justificada por “la lógica indignación y alarma social” que aseguró que provocó el fallo judicial, y que “ha deteriorado y mucho, una vez más, la reputación de España ante Europa y ante el mundo”, además de situar al país “ante una crisis institucional de extrema gravedad”.
Sánchez explicó que la víspera esperó en balde a que Rajoy desvelara si iba a asumir responsabilidades políticas. Si se iban a producir dimisiones como consecuencia de “una sentencia demoledora para el PP”. “No lo hicieron, tuvieron una nueva oportunidad de hacerlo y no lo hicieron. Se desentendieron una vez más”, lamentó. Y “el único responsable”, concluyó, es Rajoy.
Por tanto, aseguró que el PSOE no podía hacer lo mismo que el PP: “No hacer nada, mirar para otro lado, no asumir ningún tipo de responsabilidad política y consentir”. Y optó por dar un paso al frente y adoptar “una respuesta serena, firme, de Estado y constitucional”. La moción de censura “para garantizar la gobernabilidad” del país. Propuso su investidura, así, como presidente de “un gobierno del PSOE”. Es decir, un Ejecutivo en solitario, monocolor. Con un escueto programa de gobierno: “Recuperar la normalidad política institucional, regenerar la vida democrática, poner en marcha una agenda que atienda las urgencias sociales y convocar elecciones”. “Será un gobierno que convoque elecciones”, repitió. Pero no de inmediato, como ya reclamaba Rivera. “Las convocaremos cuanto antes. Pero antes hay que recuperar la estabilidad, la normalidad, limpiar de corrupción las instituciones públicas y atender las urgencias sociales”, explicó.
Por último, y aquí está otra de las claves de su nuevo intento de llegar a la Moncloa, apeló a la “responsabilidad de todos y cada uno de los 350 diputados” del Congreso. Sin exclusiones, tampoco del independentismo catalán. “Vivimos en una democracia parlamentaria”, advirtió. Y recordó que también la actual presidenta del Congreso, la popular Ana Pastor, contó para su elección con los votos de “formaciones independentistas”, en referencia al PDECat. O que el propio Rajoy acaba de ver aprobado en el Congreso
CORTAFUEGOS CONSTITUCIONAL
El dirigente socialista subraya que defenderá la soberanía nacional y la integridad territorial
CALENDARIO DE LEGISLATURA
El aspirante anuncia que su gabinete convocaría elecciones, pero no a corto plazo
sus presupuestos “apoyado por formaciones nacionalistas”, en alusión, entre otros, al PNV.
Sánchez admite por tanto el respaldo del PDECat y de ERC. Y, por eso, quiso garantizar que, si triunfa su moción de censura, su gobierno “cumplirá y hará cumplir la Constitución”. “Garantizaremos la convivencia y el cumplimiento de nuestro ordenamiento constitucional”, insistió. “Será un gobierno del PSOE para defender la Constitución, la soberanía nacional, la integridad territorial y la convivencia entre los pueblos de España”, subrayó. “Ese es mi compromiso y yo cumplo con mi palabra”, zanjó.
Sin el obvio respaldo del PP ni de Ciudadanos, la cuestión es que, como asumen todos en el PSOE, a Sánchez le pueden salir los números de la compleja aritmética parlamentaria. “Es difícil. Pero poder, puede”, admiten en Ferraz. Necesita para lograrlo una mayoría absoluta de 176 diputados. Una cifra que se superan los escaños del PSOE, Unidos Podemos, Compromís, ERC, el PDECat y el PNV. Algunos críticos socialistas volvieron ayer, eso sí, a temblar: “¡Frankenstein!”.
Así que en la dirección del PSOE ya se apresuraron a asegurar que “no va a haber negociación con nadie”. “Nadie podrá nunca dudar de la lealtad a la Constitución española del PSOE, en ella nace la moción de censura”, atajó Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura y del consejo de política federal del PSOE. Y para garantizar que Sánchez se mantendrá firme en su combate contra el desafío secesionista, dirigentes del PSOE recuerdan que lleva dos semanas embistiendo con dureza contra Quim Torra y desplegando una batería de reformas legales para levantar “un muro” frente al independentismo.
Pero justo por ese flanco le atacó de inmediato el presidente del Gobierno. Rajoy compareció en la Moncloa para plantar cara al líder del PSOE y condenar con dureza que busque “ser presidente a cualquier precio y con quien sea”. Albert Rivera rechazó apoyar la censura, pero reclamó un adelanto electoral “como única opción para lograr una alternativa de gobierno estable y coherente que tome el timón y rescate a España”. Pablo Iglesias apoyó incondicionalmente la iniciativa. Joan Tardà confirmó el respaldo de ERC, mientras Carles Campuzano ya adelantó la víspera la buena disposición del PDECat. Y el PNV, pese a su escepticismo, se mostró abierto al diálogo.