CUMBRE SORPRESA DE LAS DOS COREAS
LOS LÍDERES DE LA PENÍNSULA ASIÁTICA PREPARAN EL ENCUENTRO DE KIM CON TRUMP
Los líderes de las dos Coreas celebraron ayer por sorpresa una cumbre en la parte norcoreana de la zona desmilitarizada (DMZ) que separa ambos países. Una reunión imprevista que constituye el último giro dramático de una semana de continuos altibajos diplomáticos en torno a la posible celebración de una histórica reunión entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, en Singapur. Nada trascendió, sin embargo, de lo que hablaron los dos líderes, y el resultado de esta cita no se conocerá hasta que el presidente surcoreano, Mun Jae In, lo desvele a primera hora de la mañana de hoy, domingo.
La Casa Azul, como se denomina la sede presidencial de Corea del Sur, tomó ayer por sorpresa a todo el mundo cuando a media tarde reveló que el presidente surcoreano, Mun Jae In, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, se habían reunido durante dos horas en el edificio Tongilgak, en la parte norte de Panmunjon, en la zona desmilitarizada que separa ambos países. Era la segunda reunión de los dos líderes en menos de un mes.
“Los dos líderes intercambiaron opiniones con sinceridad acerca de cómo aplicar la declaración de Panmunjon [cuyo fin es lograr la desnuclearización de la península coreana] firmada el 27 de abril y para lograr que se celebre con éxito una cumbre entre Corea del Norte y EE.UU.”, según manifestó el portavoz de la presidencia surcoreana, Yun Young Chan, a través de un comunicado.
Yun, que evitó revelar cómo se había organizado esta reunión secreta y cuál de las dos partes la había solicitado, dijo que el contenido de esta cumbre la daría a conocer el presidente Mun a primera hora de hoy. Un anuncio que sugiere que el mandatario surcoreano podría despejar hoy las incertidumbres que existen en torno a la posibilidad de que Kim y Trump se reúnan o no el próximo 12 de junio en Singapur o lo hagan en una fecha posterior.
Y es que seguramente nadie dispone de tanta información de primera mano en estos momentos como Mun Jae In, que se entrevistó el miércoles con Trump y ayer con Kim para discernir si se dan los elementos suficientes para que se celebre la esperada cumbre histórica entre el presidente de EE.UU. y el líder de Corea del Norte.
Hasta ahora, lo que separa a los
La reunión revela la voluntad de Seúl de apuntalar el diálogo entre dos líderes imprevisibles
dos países es, fundamentalmente, el concepto de desnuclearización. Washington exige una “desnuclearización completa, verificable e irreversible”, y Pyongyang reclama que para ello EE.UU. le garantice la seguridad y supervivencia del régimen, además de firmar un tratado de paz.
Anoche no había trascendido nada del encuentro en Panmunjon, pero Seúl era un hervidero de rumores. Algunos analistas surcoreanos consideraban que la reunión de ayer llega en un momento de gran incertidumbre diplomática y pone de relieve los esfuerzos de Corea del Sur para apuntalar los puentes de diálogo entre dos líderes imprevisibles como son Kim y Trump. Otros expertos iban más allá y especulaban con la posibilidad de que Mun hubiera querido conocer de primera mano la opinión de Kim ante los vaivenes del presidente de EE.UU. sobre la celebración de la cumbre y animarle a mantener la cita de Singapur. Todos coincidían, sin embargo, en la necesidad de no dejar pasar la oportunidad histórica de una cumbre entre Trump y Kim.
No obstante, la precisión en la nota de la Casa Azul de que “los dos líderes intercambiaron opiniones con sinceridad” sugiere la existencia de puntos de vista divergentes y que Kim pudiera decidir no acudir a Singapur.