El Cercle encara Sitges en un clima favorable a elecciones generales
Torra confirma que asistirá, con los líderes españoles pendientes de la moción de censura
Quim Torra, el presidente de la Generalitat, acudirá finalmente a la reunión anual del Cercle d’Economia en Sitges, que se celebra a partir del próximo jueves, según confirmó ayer mismo la Generalitat. Una presencia peculiar –pues Torra es un president sin Govern que mantiene un contecioso legal con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, detentador de la potestad de publicar y autorizar los nombramientos del primero– que por fuerza acotará el ámbito de su intervención.
Más concreción, en cuanto a los contenidos, se espera de la presencia de los líderes políticos españoles: desde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; a Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE; Pablo Iglesias, el atribulado líder de Podemos, y Albert Rivera, cabeza de cartel de Ciudadanos. Todos programados en la agenda, pero, desde el viernes, con asistencia condicionada a las exigencias políticas de la preparación de la moción de censura presentada por el líder socialista contra el presidente del Gobierno y del PP.
En el Cercle, que preside Juan José Brugera, ya han adelantado su disposición a adaptarse a las agendas de los invitados. Mañana lunes, el influyente foro económico catalán dará a conocer un documento de opinión genérica que abordará aspectos de las relaciones entre Catalunya y España. Hasta el mismo jueves, el foro económico no se definirá sobre la situación creada por la iniciativa parlamentaria de Pedro Sánchez.
El auditorio que recibirá a los líderes políticos será mayoritariamente favorable a una convocatoria temprana de elecciones que abra una dinámica alternativa al choque actual. Tanto en el frente español como en el catalán. Los dirigentes empresariales consultados dan pocas posibilidades de éxito a la iniciativa parlamentaria de Sánchez, pero creen que pone de manifiesto la fragilidad de la situación y la imposibilidad de alumbrar en estas condiciones alguna solución a los problemas políticos y económicos.
En los círculos empresariales barceloneses la sentencia está dictada hace ya mucho tiempo. Y en ella no exculpan ni al Gobierno de Rajoy en Madrid ni a los de Artur Mas o Carles Puigdemont en Barcelona. Pasividad de un lado, temeridad en el otro, es la valoración dominante.
Su opción preferida siempre fue la nunca nata tercera vía, un acuerdo que evitase el choque entre el Estado y el independentismo. No fue posible y ahora toca hacer balance de los estragos: miles de empresas cambiando de sede en un movimiento dramático con final aún sin resolver y una crisis de Estado de dimensiones desconocidas desde la muerte del dictador. Amén de una permanente inestabilidad que pende como una espada de Damocles sobre el futuro de las inversiones, la decisión empresarial menos ruidosa y más invisible, pero cuyos efectos se dejan sentir siempre en el futuro .
La posibilidad de una crisis de Gobierno y un adelanto electoral no ha sentado bien en los mercados financieros, bolsa y deuda, que el mismo viernes reaccionaron con caídas, alarmados por un hipotético cambio imprevisto de mayorías de Gobierno. Los presupuestos del Estado para este 2018, de camino al Senado, aún no se han publicado en el BOE y, caso de triunfar la moción de censura, se convertirían en papel mojado.
Los grandes inversores internacionales, además, suman los acontecimientos en España a la formación de un gobierno populista en Italia, claramente crítico con el euro y las políticas de la Unión Europea, lo que agrava los castigos a las acciones y los bonos de deuda pública.
Pero para el empresariado catalán no añade más inconvenientes a los que ya forman parte de su panorama habitual. Formalmente sin gobierno desde la aplicación del 155, el pasado mes de octubre, pero sin gestión efectiva desde bastantes años antes, la actual coyuntura política, con Rajoy en la Moncloa, tampoco le ofrece esperanzas de mejora.
SITUACIÓN ACTUAL
Los empresarios no exculpan ni al Gobierno de Rajoy ni a los de Mas y Puigdemont
JORNADAS
El Cercle hará balance de los estragos tras rechazarse la tercera vía que promulgaba