Mikel Nieve
Con libertad de movimientos, el navarro del Mitchelton celebra los 34 años con la victoria
El navarro se regaló en el día de su 34.º aniversario la victoria de su tercera etapa en el Giro, las tres de montaña. Ganó en el 2011 con el maillot del Euskaltel. Venció en el 2016 como ciclista del Sky. Y ayer levantó los brazos con el Mitchelton.
El navarro Mikel Nieve cumplía ayer 34 años. Es su primera temporada en el Mitchelton, después de ocho en el Euskaltel y cuatro en el Sky. Siempre sacrificado, pero aprovechando los huecos libres. Así consiguió una etapa en el Giro del 2011 y otra en el 2016. Ahora ya suma tres.
El viernes adaptó el ritmo y las fuerzas a los de su jefe de filas, Simon Yates, en caída libre. Nieve y el checo Roman Kreuziger acompañaron a Yates en todo momento, lo animaron y lo consolaron hasta la meta. Ayer, sin obligaciones, con plena libertad de movimientos, sin líder para proteger, Nieve fue a la suya. Y con matrícula: victoria de etapa en Cervinia, en la última jornada de montaña del Giro 2018.
Nieve se incrustó en la escapada buena y poco a poco fue eliminando compañeros de fuga. Los dos más persistentes fueron el italiano Brambilla y el austriaco Grossschartner, pero Nieve se desembarazó de ellos sin grandes aspavientos. Simplemente a ritmo, subiendo el penúltimo puerto del Giro, Saint Pantaléon, a una cadencia sostenida que sus rivales no asimilaron. Nieve ya coronó en solitario y así hizo también la subida a meta, sin mostrar el menor desfallecimiento, hasta imponerse con una enorme superioridad: más de dos minutos sobre los primeros perseguidores y seis con relación al grupo de favoritos, que dejaron hacer.
“Ayer [por el viernes] ya pensé todo esto, iba con Yates y calculaba qué podía hacer al día siguiente, veía que tenía posibilidades”, explicó Mikel Nieve. La suya es la primera victoria del ciclismo español en este Giro, que parecía que cerraría el recorrido en blanco. El último Giro sin etapa española es el del 2014.
Nieve lo pensó el viernes y lo ejecutó ayer. Quizás incluso aprovechó que el ritmo lento de Yates le permitió reservar fuerzas para el gran asalto de ayer. Pero en su análisis Nieve iba más allá, no quería centrarse en la derrota de su líder y valoraba con más contundencia el papel global del Mitchelton. “Hemos hecho un gran Giro, hemos sido protagonistas todos los días y hemos conseguido cinco etapas”, decía, en referencia a las 3 de Yates, la de Chaves y la suya.
Con Nieve imponiéndose en Cervinia, quedaba pendiente la lucha entre Froome y Dumoulin por la maglia rosa y la pequeña rivalidad entre López y Carapaz por la blanca de mejor joven. Pero el protagonista del día no fue ninguno de estos cuatro, sino Thibaut Pinot. El francés del GroupamaFDJ hizo un Yates. Ayer fue él quien perdió fácilmente el ritmo de los hombres de la general y se quedó clavado muy lejos de la llegada. Rodeado de compañeros que trataban de animarlo e incluso de empujarlo, Pinot era otro barco a la deriva en las aguas turbulentas de un Giro que oficialmente ha respetado tres días de descanso pero que sobre la bicicleta no ha permitido ni una sola etapa de tregua como las que a menudo aparecen al Tour. Ha sido una carrera de canibalismo, “un Giro brutal”, según lo definió el mismo Froome.
El jefe de filas del Sky no sufrió para defender su posición puntera. Ayer apareció con fuerza toda la potencia del Sky (había 6 en el grupo principal cuando éste era de sólo 30 unidades) y Froome, una vez se topó cara a cara con Dumoulin, no sufrió mucho. El neerlandés intentó arrancarle la túnica rosa, pero sin éxito. Cada vez que, en la subida a meta, Dumoulin intentó dejar atrás a Froome, el británico respondía y además lanzaba un contragolpe, como diciéndole “¿qué te crees, que podrás dejarme?”. Y al final, a vista de meta, fue Froome quien todavía arañó 6 segundos.
El Giro se cierra hoy con un final insólito: en Roma, con un circuito por los Foros Imperiales y el Coliseo. Ganar este Giro habrá sido el trabajo de un coloso.
“Ha sido un Giro brutal”, decía Froome, mientras Pinot se hundía y ayer perdió 45 minutos