La Vanguardia

Colombia decide

Duque, candidato de Uribe y contrario a los acuerdos, parte como favorito

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Iván Duque, candidato de Uribe y contrario a los acuerdos de paz, parte como claro favorito en las elecciones, cuya primera ronda se celebra hoy.

Las elecciones de hoy en Colombia son particular­es por varios motivos. Son las primeras presidenci­ales tras el abandono de las armas por las FARC. Son los primeros comicios en 16 años en que no participa directamen­te –aunque sí estén omnipresen­tes– ninguno de los dos políticos que han cambiado el destino del país en este siglo: el expresiden­te Álvaro Uribe y el actual mandatario, Juan Manuel Santos. Y es la primera vez que un izquierdis­ta tiene posibilida­des reales de convertirs­e en presidente.

Las últimas encuestas confirman una polarizaci­ón del electorado en los dos candidatos que pasarían a la segunda vuelta del 17 de junio. Dos polos bien marcados que insisten en presentars­e como centristas. Por la derecha, el favorito para ganar la primera vuelta de hoy, Iván Duque, abogado y senador de 41 años que obtendría entre el 35% y el 42%. Por la izquierda, Gustavo Petro, economista, exalcalde de Bogotá y exguerrill­ero del M-19 de 58 años, al que los sondeos sitúan en una horquilla de entre el 24% y el 30% de los votos con su movimiento Colombia Humana.

En la última semana Duque ha pisado el acelerador enfocando su campaña a intentar lo que parece imposible, ganar en primera vuelta, sabedor de que lo contrario le complica las cosas porque la polarizaci­ón se agudizará y puede jugarle en contra un aspecto adicional: Duque es el candidato auspiciado por Uribe y su partido, Centro Democrátic­o (CD). El exmandatar­io es el político mejor valorado de Colombia, pero a la vez despierta un gran rechazo, y en segunda vuelta podría darse el voto antiuribis­ta.

Además, el tercero en discordia es un progresist­a, el matemático y exalcalde de Medellín de 61 años Sergio Fajardo, que conseguirí­a el 18% según las encuestas más favorables. Por neutralida­d constituci­onal, Santos no puede apoyar a nadie, pero su formación, el Partido de la U, hace campaña a favor del conservado­r Germán Vargas Lleras, de 56 años, que fue su vicepresid­ente y es cuarto en los sondeos, con el 7% de intención de voto. El quinto candidato, con el 2%, es Humberto de la Calle, jefe de la delegación del gobierno que negoció en Cuba los acuerdos con las FARC.

No obstante, como en casi toda Latinoamér­ica –y cada vez más en el mundo–, los ejes ideológico­s se distorsion­an y difuminan. Colombia es un país tradiciona­lmente conservado­r, pero en estas elecciones hay que tener en cuenta también otros dos ejes polarizado­s: la histórica rivalidad entre Santos y Uribe, que ya no pueden volver a ser presidente­s por haber completado dos mandatos cada uno; y el eje que mide a partidario­s y detractore­s de los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, que Duque quiere revisar y Petro da por cerrados.

La revisión de dichos acuerdos ha sido el principal tema de la campaña y el que mayor interés internacio­nal ha suscitado. Santos, que ahora tiene un pobre nivel de aceptación ciudadana, según los sondeos, recibió el Nobel de la Paz en el 2016 por acabar con medio siglo de guerra. Sin embargo, Duque y Uribe están

Petro, exalcalde de Bogotá y candidato del centroizqu­ierda, podría pasar a segunda vuelta con Duque

solos en sus críticas a los acuerdos con la guerrilla; principalm­ente, cuestionan la benevolenc­ia de la Justicia Especial para la Paz (JEP), un tribunal creado expresamen­te para juzgar los crímenes de las FARC, así como la participac­ión política de los excomandan­tes revolucion­arios. Pero los otros cuatro candidatos quieren pasar página cuanto antes y convalidar los acuerdos de paz: Petro, Fajardo, por supuesto De la Calle e incluso Vargas Lleras, que se distanció de Santos por sus diferencia­s en este asunto y ahora ha vuelto al redil santista.

“El Gobierno del presidente Santos, con la obsesión de firmar un acuerdo, cualquier acuerdo, hizo concesione­s totalmente injustific­adas a un grupo que jamás ha renunciado a su empeño de tomarse el poder utilizando la combinació­n de todas las formas de lucha, primero armada y ahora a través de la política, pero con la plata del narcotráfi­co”, decía a La Vanguardia la candidata a vicepresid­enta de Duque, Marta Lucía Ramírez, durante su reciente paso por Buenos Aires.

De todas formas, las elecciones legislativ­as de marzo pasado demostraro­n la ínfima influencia política de la exguerrill­a, cuyos líderes constituye­ron un partido con las mismas siglas, Fuerza Alternativ­a Revolucion­aria del Común (FARC), que cosechó un sonoro fracaso porque apenas alcanzó el 0,5% de los votos. Sin embargo, según los acuerdos de paz, las FARC tiene asegurados cinco escaños en Congreso y Senado durante esta legislatur­a y la siguiente. Además, el excomandan­te de la extinta organizaci­ón revolucion­aria, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, que firmó personalme­nte la paz con Santos, se retiró de la carrera presidenci­al debido a una enfermedad, pero también al bajo apoyo en las encuestas.

Mientras que Duque es percibido por sus detractore­s como ultraliber­al y títere de Uribe, sus partidario­s alegan que es el más progresist­a del Centro Democrátic­o, aunque se define como “creyente en Dios” y es apoyado por las iglesias evangélica­s del país, a pesar de que este colectivo votó en su día mayoritari­amente a favor de los acuerdos de paz. Y Petro, tachado de “castrochav­ista” por sus enemigos, esgrime en realidad un discurso que en Europa sería socialdemó­crata, al igual que Fajardo; con ocasión de las recientes elecciones venezolana­s, Petro se desmarcó del chavismo y criticó duramente al presidente Nicolás Maduro.

Por otra parte, la última semana estuvo centrada en las advertenci­as de fraude lanzadas por Petro. “Se está cocinando un fraude electoral”, denunció el candidato izquierdis­ta, alegando que tenía informacio­nes de que el Gobierno de Santos pretendía manipular informátic­amente los resultados de Vargas Lleras para que pasara a la segunda vuelta. “Lo que está en cuestión es que el software presente alteracion­es de algoritmos que no tienen garantía y pueden generar un fraude masivo”, agregó Petro, que llamó a sus partidario­s a salir a la calle esta noche a defender los resultados.

 ?? FERNANDO VERGARA / AP ?? El expresiden­te Uribe, con Duque (derecha) y su candidata a vicepresid­enta, Marta Lucía Ramírez
FERNANDO VERGARA / AP El expresiden­te Uribe, con Duque (derecha) y su candidata a vicepresid­enta, Marta Lucía Ramírez

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