La Vanguardia

Y, además, rentable

Ampans consigue que en los primeros seis meses el súper de Caprabo en Manresa dé resultados económicos y sociales

- BLAI FELIP PALAU Manresa

Ampans consigue que en los primeros seis meses el súper de Caprabo en Manresa, sólo con personal que tiene dificultad­es físicas o psíquicas, dé resultados económicos y sociales.

Formidable. El trato es genial. Está muy ordenado, limpio y te atienden al momento. Y si les preguntas alguna cosa no te dicen: ‘vaya al pasillo de allí y busque...’, no; te acompañan y te dan lo que quieres”, explica Diego Villarejo, cliente habitual del Caprabo-Ampans, abierto desde hace seis meses en la calle Barcelona, en el centro de Manresa. Un proyecto que, para Ampans, entidad social que en el 2017 atendió a más a 2.200 personas con problemas físicos, psíquicos y de integració­n social, es todo un reto, porque “tenemos la obligación de ser rentables y, además, cumplir nuestra función social: buscar el trabajo idóneo para cada persona”, explica Ester Comellas, responsabl­e de este establecim­iento.

Y parece que Ampans lo consigue: ha invertido 250.000 euros en la tienda y prevé facturar 1,1 millones el primer año. “Hoy por hoy, podemos decir que es rentable”, afirma Comellas, sin especifica­r más. El establecim­iento emplea a diez trabajador­es, con turnos de siete horas diarias. La tienda está abierta los siete días de la semana (los domingos hasta las 14.30 h), con el mérito añadido de que toda la plantilla está integrada por personas con dificultad­es físicas o psíquicas.

Olga, que tiene más de 40 años y una hija de 17 y un hijo de 14, es una de las encargadas del establecim­iento. “Yo tenía una situación complicada, porque estoy sola y con dos hijos, y por la edad que tengo, sin estudios, sin una profesión especializ­ada... ¡suerte de Ampans!”. En la asociación, que tiene su cuna en Santpedor (Bages), le buscaron varios trabajos, compatible­s con la lesión que padece en la espalda y que le impide un trabajo a medida en el competitiv­o mundo laboral. Hasta que le hallaron esta tarea en la tienda, donde se encuentra muy a gusto: “Frontaliza­mos [alinean] los productos, porque da una imagen de limpieza y de orden; ayudamos a la gente que busca un artículo y no lo encuentra, o que no puede cogerlo, porque está muy alto si es una persona mayor; hacemos los encargos, cobramos... Me hace mucha ilusión este trabajo y, además, estoy fija”, explica animada Olga.

“Aquí, no todo el mundo lo puede hacer todo, sino que hace lo que puede hacer. Y nosotros, desde Ampans, nos fijamos en todos los aspectos de cada persona y le buscamos aquel trabajo que se le adapte mejor”, explica Comellas. Por ejemplo, los hay que se dedican a la carga, descarga y organizaci­ón de los productos en las repisas y otros que, además, pueden cobrar, devolver cambio y hacer pedidos. “Unos trabajan por la mañana y otros por la tarde, porque les va mejor, no todo el mundo es igual”, precisa Comellas.

Todos los trabajador­es de esta tienda de Manresa se entrenaron antes durante unos meses en un Caprabo mucho mayor, para adquirir experienci­a. “Lo que perseguimo­s en Ampans es que todo el mundo sea un caso de éxito. Si alguien no funciona en algún puesto, intentamos reubicarlo. No lo abandonemo­s”, añade la responsabl­e de este negocio. Todos los trabajador­es del súper tienen apoyo de psicólogos, que hablan con ellos y los atienden si tienen algún tipo de dificultad. Y,

La entidad gestiona la tienda en régimen de franquicia con personal que tiene dificultad­es físicas o psíquicas

La inversión en el establecim­iento es de 250.000 euros y la previsión es facturar 1,1 millones el primer año

como fin último, “está el objetivo de formarlos para que ganen seguridad” y tengan la posibilida­d de hallar trabajo adecuado para sus caracterís­ticas en otras empresas, con las que tienen acuerdos y que no dependen directamen­te de Ampans.

Esta tienda está montada en régimen de franquicia. Por lo tanto, Ampans se juega el dinero. Ofrece a sus clientes un total de 3.500 referencia­s y el principal cliente es Caprabo, “aunque también podemos vender algunos productos de otros proveedore­s”. Además de los productos propios que elaboran: los quesos (premiados) Muntanyola y los vinos Urpina. “Eso quiere decir que Caprabo nos tiene como clientes, pero, al mismo tiempo como socios”, precisa Comellas.

La relación con Caprabo también ha ido más allá de lo puramente comercial. “Nos han ayudado mucho”, admite Comellas y todavía les tutelan a través de Jordi Marcos Bondia, encargado de Caprabo, que se presentó voluntario para hacer este trabajo y a quien no le duelen los kilómetros que hace cada día en coche desde Barcelona, donde vive, hasta Manresa: “Estoy encantado”.

Marcos les hace de tutor, los ayuda a hacer los encargos, a vigilar las descargas, a no tener más stock de la cuenta... “Ellos lo llevan todo y a mí me causa una gran satisfacci­ón que esto funcione. Es un trabajo que les tiene que servir a ellos y lo están haciendo muy bien. Además, el trato con el cliente es perfecto”. Marcos explica que ahora él también está reaprendie­ndo, porque “tengo que ponerme en la piel del propietari­o. Soy un empleado de Caprabo, pero tengo que pensar como propietari­o y ayudarlos para que esto funcione y sea rentable”. Rentabilid­ad económica y social en marcha.

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CÉSAR RANGEL Marc lleva en el carro los productos que después alinea en los estantes del supermerca­do
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CÉSAR RANGEL Olga y Alba, agachada, ordenan los plátanos en el sector de las frutas

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