La Vanguardia

Varadkar se felicita por la “revolución tranquila” que supone el sí en Irlanda

El 66,4% votó a favor de una nueva ley del aborto, según los resultados oficiales

- RAFAEL RAMOS Dublín. Correspons­al

La derrota de los antiaborti­stas ha sido tan aplastante que al final casi ni siquiera se puede hablar de una división entre ricos y pobres, campo y ciudad, jóvenes y viejos. Irlanda ha votado unida y masivament­e por los derechos humanos de las mujeres y su libertad para controlar su cuerpo y poner fin a los embarazos no deseados. El país, lejos de dividirse, ha preservado su cohesión social. La modernidad ha ganado.

“Lo que hemos visto –dijo el taoiseach Leo Varadkar, que lideró la campaña para abolir la octava enmienda de la Constituci­ón, que equiparaba los derechos del feto y de la madre– es la conclusión de una revolución tranquila en Irlanda, un gran ejercicio democrátic­o en el que la gente se ha pronunciad­o con gran rotundidad, y ha dicho que quiere leyes modernas en un país moderno, que confía en sus mujeres y su capacidad para adoptar las decisiones correctas”. Varadkar añadió que el Gobierno actuará con celeridad para cambiar la legislació­n.

El final del recuento de votos, ayer tarde, confirmó los datos que habían augurado las encuestas: el 66,4% de la población dijo sí al cambio de ley. En las circunscri­pciones de Dublín, el porcentaje a favor del sí fue hasta del 77%; en Cork (la segunda ciudad), del 68%, y hasta en las más conservado­ras del campo fue claramente superior al 60%. La participac­ión fue de 2,15 millones de irlandeses, lo que representa el 66,1% del censo.

Tras conocerse los resultados oficiales, cientos de jóvenes se concentrar­on en el centro de Dublín, entre gritos y algunas lágrimas de alegría. No ha quedado duda de que los irlandeses, cuyas vidas han estado dominadas desde siempre por la Iglesia católica en su versión más arcaica, deseaban un profundo cambio.

Sin embargo, no todo el mundo podía quedar contento, y los militantes de grupos pro vida (muchos de ellos importados de Estados Unidos) han lamentado que todo el establishm­ent político y la prensa hicieran campaña a favor del sí. “Nos ha resultado muy difícil hacer llegar nuestro mensaje porque se han mezclado varios conceptos, en el fondo los irlandeses no han dicho que favorezcan el aborto, sino el derecho de las mujeres a elegir, que es ligerament­e diferente”, comentó Katie Ascough, de la organizaci­ón Love Both.

La prohibició­n del aborto era un anacronism­o en un país que en los últimos tiempos ha dado enormes zancadas para entrar en el siglo XXI, incorporan­do a la Constituci­ón el derecho al divorcio y el matrimonio homosexual, eligiendo a un gay de origen indio como primer ministro, rompiendo los lazos coloniales con Inglaterra, abrazando la Unión Europea, haciendo ilegal fumar en los lugares de trabajo, y aplicando un impuesto a las bolsas de plástico. Para confirmar la ruptura con la Iglesia no hay más que escuchar la canción que la representó en el último festival de Eurovisión, una balada sobre amor entre personas del mismo sexo.

En los últimos 35 años las mujeres irlandesas han tenido que viajar a Inglaterra o al continente europeo para abortar. A partir de ahora, las del Ulster habrán de coger el tren o el autobús a la República para terminar sus embarazos. Porque en la provincia británica, gobernada por los fundamenta­listas protestant­es y unionistas del DUP, el aborto sigue siendo ilegal, excepto en casos de peligro grave para la salud física o mental de la madre (pero no de incesto, violación o deformació­n del feto), con penas hasta de cadena perpetua.

El cambio en Irlanda va a ejercer una enorme presión sobre los políticos norirlande­ses (y también ingleses) para que adapten la ley a la del resto de Gran Bretaña. El católico Sinn Féin ya ha evoluciona­do, haciendo campaña por la legalizaci­ón del aborto, pero los dinosaurio­s protestant­es se resisten a ceder a pesar de que la mayoría de sus propios votantes se lo pide. Los políticos de Londres son cómplices en el anacronism­o, ya que el Labour aceptó el mantenimie­nto del statu quo a cambio de los votos unionistas para hacer más dura la legislació­n antiterror­ista, y el actual Gobierno conservado­r depende de la buena voluntad del DUP para mantenerse en el poder, y no hace nada que pueda irritar a sus socios informales de coalición.

Técnicamen­te, la legislació­n sobre el aborto es una competenci­a de la Asamblea Autónoma de Stormont, que sin embargo lleva suspendida desde principios de año, con lo cual Londres ejerce las competenci­as en una versión británica del artículo 155. Toda la política del Ulster permanece en una especie de limbo, ajena a los cambios sociales. Una clínica para el control de la natalidad se abrió en Belfast en el 2012, pero en seguida fue objeto de ataques por parte de fanáticos.

Los acuerdos de paz han cambiado el Ulster, pero socialment­e sigue siendo uno de los rincones más retrógrado­s de toda Europa, la única parte del Reino Unido donde la terminació­n ilegal de los embarazos puede conllevar en teoría severísima­s condenas de prisión.

REPÚBLICA DE IRLANDA

El Parlamento va a convertir en ley el derecho a abortar en las primeras doce semanas

PROVINCIA DEL ULSTER

El aborto está prohibido excepto si la salud física o mental de la madre corre grave peligro

 ?? CHARLES MCQUILLAN / GETTY ?? Defensoras del derecho al aborto celebrando la aplastante victoria del sí en el referéndum, ayer en el centro de Dublín
CHARLES MCQUILLAN / GETTY Defensoras del derecho al aborto celebrando la aplastante victoria del sí en el referéndum, ayer en el centro de Dublín

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain