Una miniguía –lícita– del París halal
Se anuncian lícitas las camas de hoteles como el Chateaubriand y el George Washington en la muy halal zona de los Champs Elysées. Y algo prometerán los palaces de la capital, ya que más de un tercio de la clientela, sobre todo la de las suites a 25.000 € la noche, es musulmana.
¿Cómo estar seguro de que la digestión será santa? Nada mejor que sentarse en el restaurante –copioso cuscús, delicados tajines– de la Gran Mezquita de
París, construida entre 1922 y 1926, mezcla de Alhambra y Bou Inania (Fez). En su salón de té, además de la infusión, preparada y servida según las reglas, se podrá incurrir en el pecado cristiano de la gula: grandes bandejas de pastelería norteafricana, sorbetes (esa ciencia del frío que los musulmanes introdujeron en Europa por Al Ándalus) y ensaladas de frutas.
Para caprichos, Mount Everest o Villa Darjeeling son restaurantes indios de cocina lícita, como la del libanés Mandaloune oel turco Le Cheval de Troie. Y durante el verano, el restaurante efímero Les Heures –de junio al 30 de septiembre– evoca Beirut en un patio con palmeras del caro hotel Prince de Galles ,enla avenida Georges V.
Aunque Abdellah Zekri, vicepresidente del consejo francés del culto musulmán, se indigne (“un pintalabios no tiene religión, pronto rechazaremos medicamentos bajo el pretexto de que son haram”), tiendas como
Hasna Cosmetics (en el 34 de la Avenue des Champs Elysées), especializada en halal, no sólo captan clientela religiosa sino también veganas (de fastidiar) ateas.
Hay espacios halal en hípers y supermercados.
Reims Management
School(Certificat Banking and
Finance), École de Management
de Strasbourg o, en París, la Universidad Paris Dauphine (350 horas de 4.000 a 8.000 €) y la Cátedra de Ética y Normas de la Finanza en Paris I Panthéon
Sorbonne (seminarios gratuitos) enseñan que el dinero no tiene olor, pero puede ser loor.