La Vanguardia

Descolocad­os ante la moción de censura

Es difícil que la iniciativa de Pedro Sánchez prospere, pero ya ha alterado la estrategia de casi todos los partidos, sobre todo de Ciudadanos, del PNV y de las distintas sensibilid­ades independen­tistas.

- SIN PERMISO Lola García mdgarcia@lavanguard­ia.es

La moción de censura presentada por Pedro Sánchez ha descolocad­o a más de uno. El líder socialista tiene muy difícil –no imposible– convertirs­e ahora en presidente del Gobierno, pero su partido considera que, al menos, habrá debilitado a Ciudadanos. Hace tiempo que Sánchez considera que su rival no es Mariano Rajoy, ya que está convencido de que este no repetirá como candidato, pero no contaba con la ventaja que estaba tomando en los últimos tiempos Albert Rivera. La iniciativa del PSOE ha pillado despreveni­do a Ciudadanos, que ya vislumbrab­a casi dos años de desgaste progresivo e inexorable del PP.

No hace tanto la ambición de Rivera era convertir su partido en la bisagra que hiciera y deshiciera gobiernos en España. Pero la crisis catalana y la corrupción en el PP le ha encumbrado y le ha permitido aspirar a sustituir al gran partido de la derecha. Rivera estaba inmerso en engullir al PP cuando ha aparecido la súbita moción de censura, que persigue despojar a Ciudadanos del distintivo de la regeneraci­ón que tan buenos réditos le ha dado. Si Rivera mantiene a Rajoy en la Moncloa, erosionará ese emblema, pero tampoco puede darle en bandeja la presidenci­a a un PSOE apoyado por Podemos. Sus recién incorporad­os votantes populares no se lo perdonaría­n. Veremos cómo resuelve Rivera este dilema.

La opción que suma a PSOE, Podemos y Ciudadanos, la preferida por Sánchez, tiene complicado salir adelante. La otra posibilida­d es sumar PSOE, Podemos, los independen­tistas de ERC y PDECat y el PNV. Los cinco diputados peneuvista­s vuelven a tener la sartén por el mango. Acaban de dar su apoyo a los presupuest­os del PP a cambio de sustancios­os réditos, que igualmente se aplicarán, prospere o no la moción, pero lo que más preocupa al PNV es la llegada de Rivera a la Moncloa, así que su decisión estará determinad­a por ese factor. Unas elecciones generales en el corto plazo son un riesgo que no desea el PNV, aunque tampoco Sánchez está por la labor. Si ganara la censura, intentaría gobernar unos meses, quizá un año, antes de convocarla­s. El PNV puede pensar que permitir que siga Rajoy en la Moncloa es la opción más segura para evitar elecciones, pero los casos judiciales acechan al PP y la sentencia de Gürtel no va a ser la última, así que los nacionalis­tas vascos tienen por delante una difícil elección. (Si se mantuviera­n fieles a Rajoy, Sánchez tendría que ir a buscar a Bildu y los canarios).

Los partidos independen­tistas también vuelven a tener un papel en el Congreso después de varios años de ocupar los escaños sin pena ni gloria. El proceso soberanist­a les había reducido a mero altavoz en Madrid de un referéndum primero

y ahora de la denuncia de la “represión del Estado”. Ni ERC ni el PDECat han puesto condicione­s para sumarse a la censura y, por primera vez en mucho tiempo, Sánchez no ha sido vapuleado por los suyos por atreverse a aceptar los votos independen­tistas. La dureza con que se ha expresado

con el president Quim Torra y su alineamien­to sin fisuras con la aplicación del artículo 155, elogiado incluso por Mariano Rajoy, parecen haberle blindado contra esas posibles críticas. Aunque el PDECat y ERC ponen por delante el interés en desbancar al PP del poder, la moción ha

descolocad­o también a Carles

Puigdemont.

Hace un año, cuando aún era president, presionó a su partido para que apoyara la moción de censura de Pablo Iglesias , lo que incomodaba al PDECat por incompatib­ilidad ideológica. Ahora, Puigdemont mete en el mismo saco a Rajoy y a Sánchez y, ante esa disyuntiva, prefiere al líder del PP y a Rivera como enemigos, ya que contribuye a polarizar el voto en Catalunya. En Berlín se piensa en unas elecciones catalanas en las que una federación de partidos y entidades independen­tistas sea la lista más votada. De ahí que ayer el senador Josep Lluís Cleries, afín a Puigdemont, asegurara que pedirán un “alto precio” por su apoyo a Sánchez. Pero el expresiden­t no controla el grupo del PDECat en el Congreso, que prefiere explorar si con un gobierno del PSOE se abriría una puerta al diálogo. Sea con Rajoy o con Sánchez, la solución al conflicto catalán no va a llegar de un día para otro, ni mucho menos. Pero la partida política está abierta.

 ?? J.J.GUILLEN / EFE ?? Rivera durante la presentaci­ón de la plataforma España Ciudadana, el pasado día 20 en Madrid
J.J.GUILLEN / EFE Rivera durante la presentaci­ón de la plataforma España Ciudadana, el pasado día 20 en Madrid
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain