Alerta roja en la UE
LA alerta roja hace tiempo que da señales de riesgo alto en Europa. El populismo acecha de manera que ya forma parte de algunos gobiernos de países europeos o está a punto de acceder a ellos, mientras que la Unión Europea sigue en las políticas que marca Alemania de contener los déficits. Si la desafección hacia Bruselas y el euroescepticismo han ganado terreno desde hace un decenio, con el estallido de la crisis económica, es básicamente por la inseguridad, por el miedo a perder el empleo ante la globalización y, sobre todo, por la competencia china y por la rigidez en los planteamientos macroeconómicos que ha hundido algunas economías nacionales.
De ahí la demanda de proteccionismo que ofrecen los populistas, con su retórica antieuropea, la promesa incumplible de poner barreras a la globalización, a los inmigrantes y a la regularización, sin explicitar los costes de una tal barbaridad. Seguridad simplemente retórica frente al miedo que las clases medias más castigadas compran. Este es, por ejemplo, el caso italiano, la tercera economía europea, que ve como una coalición entre posiciones extremistas y euroescépticas –Movimiento 5 Estrellas y Liga– se dispone a gobernar con soluciones antiinmigración y antiglobalización. Otro ejemplo paradigmático ha sido el Brexit. La salida del Reino Unido de la UE tiene, por supuesto, raíces muy poderosas de carácter histórico y tradicional, pero la económica ha desempeñado también un papel fundamental. Lo mismo ocurre en países del este europeo, como Polonia, Hungría o Austria, donde las soluciones populistas se han erigido como una seria alternativa de poder.
¿Se puede frenar esta amenaza? Los expertos aseguran que, en la medida que los populismos se basan en la crisis económica, el hecho de que en los dos últimos años las economías nacionales hayan mejorado sus grandes cifras debe conllevar una disminución de la presión populista. Por primera vez, en el 2018 todos los países del euro mantendrán su déficit por debajo del 3% y además crecerán una media del 2,3%. Pero es sabido que las mejores condiciones económicas tardan en llegar a la base, si es que terminan llegando, por lo que los populismos tienen razones para seguir creciendo y amenazando al conjunto de Europa.
Desde las posiciones europeístas más sensatas se sigue apostando por más Europa para hacer frente a esa realidad amenazante. Los Estados Unidos de Europa, mediante la unión fiscal, podrían reducir riesgos y deslocalizaciones, al tiempo que dispondrían de herramientas monetarias más efectivas con que luchar contra las causas de la crisis.