El lector expone
‘Mobbing’ laboral
Como médico de familia, cada día es más frecuente escuchar relatos sobre verdaderos psicópatas organizativos que causan enormes problemas depredando a sus subordinados.
Como bien explica Iñaki Piñuel y Zabala en su libro Mi jefe es un psicópata, tendemos a pensar que la gente es buena. Creemos que si le das una oportunidad al psicópata todo irá bien. Y no es así. Los psicópatas juegan con esa ventaja.
Recordando las palabras del autor, están ahí, muy cerca de usted. Son astutos, carismáticos y dotados de habilidades sociales. Suelen causar una inmejorable primera impresión, espontáneos y desinhibidos respecto a las normas. Sin embargo, poco a poco se muestran como lo que son en realidad: egoístas, narcisistas, iracundos, manipuladores e implacables. Detrás de su supuesto carisma o capacidad de liderazgo se atrinchera una pasmosa realidad: la de un ser sin conciencia moral. Hablamos de personas que usan su encanto y capacidad de coacción para alcanzar con rapidez posiciones de poder. Cuando por fin lo logran, se dedican a explotar a la empresa y a los trabajadores en su beneficio, incapaces de ponerse en el lugar de sus víctimas.
Ante esta situación, se da un proceso de anestesia o insensibilización moral, o lo que llaman dimisión ética interior como mecanismo de defensa. Se concluye que no se puede hacer nada, no es asunto mío... Llama la atención como se intenta ocultar esta realidad que produce un sufrimiento muchas veces silencioso, por la vergüenza y la culpa que sienten estas personas que acuden a nuestras consultas. Sin embargo, los diez minutos de que disponemos por paciente hacen inabordable el problema y colaboran en la perpetuación del hostigamiento al que se somete a los individuos en muchas empresas. CARMEN ALONSO PERMANYER
Médico de familia