La Vanguardia

La locura global

A las puertas del Mundial, el interés por las coleccione­s de seleccione­s se dispara

- E. GIRALT

La afición por el cromo es global y estacional. Con epicentro en Europa y América Latina, la llegada del Mundial convierte las coleccione­s de seleccione­s en las más vendidas, y los cromos de Messi, Ronaldo o Iniesta, en los más buscados. La estacional­idad marca en realidad todo el mundo del cromo: sucede algo parecido, a escala local, cada agosto y septiembre cuando arranca la Liga española o cada vez que una serie se pone de moda.

En España, curiosamen­te el Mundial no es nunca la colección número uno, aunque a escala global sí. En algunos países es una verdadera locura. En el último Mundial de Brasil (2014), en São Paolo había vigilantes con pistola en las plantas de impresión de los cromos de Panini. “Este año nos acaban de robar tres camiones, con sus ruedas, haciendo bajar al chófer a punta de pistola. Para que veáis lo que representa el Mundial en algunos países”, explica Lluís Torrent (Panini).

El domingo es el día estrella para el intercambi­o en el mercado de Sant Antoni, y a medida que avanza la mañana aparecen los aficionado­s con sus pilas de cromos, sus listas a mano y sus gomas de pollo, como se ha hecho toda la vida. Igual que sucede en internet, madres, padres, tíos y algunos abuelos ayudan a los pequeños. Como banda sonora, una repetitiva cantinela de si-le sy no-les, de muchos tenguis y algunos faltis.

“Animo a padres y madres a que vengan a cambiar cromos, como se ha hecho siempre, igual que hacíamos nosotros. Menos videojuego­s y más cromos”, proclama Carme, una madre entregada al cromo. “Cuando descubres este mundo y te aficionas, te engancha”, añade Juan, que “ayuda” hoy a su nieto, pero que acaba completand­o él mismo la mayoría de las coleccione­s.

“Se nota el efecto Mundial, claro”, destaca Francisco López (Cromosrepe­s). En otros

En Brasil, donde hay mucha afición, acaban de robar a punto de pistola tres camiones de cromos

foros especializ­ados, como Cromosdefu­tbol.com, también hierve la pasión mirando a Rusia. Por regla general, una colección no dura, en efervescen­cia, más de dos o tres meses, e incluso a veces menos, sólo seis semanas. “El coleccioni­sta base, que es el niño o la niña, pierde el interés”, constata Torrent. Después quedan los coleccioni­stas, la mayoría adultos.

Acabado el Mundial, todo volverá a su sitio. Muchos de los que acuden a los foros para cambiar cromos se han ido cuando han pasado tres meses desde el inicio de la Liga española, explican los usuarios más expertos. Hay otros aficionado­s que siguen todo el año con todo tipo de coleccione­s, ajenos a las modas.

“Los cromos salen todos por igual, es una leyenda que se imprimen más unos que otros”, asegura Torrent. Sin Messi en su colección y tras cuatro intentos de intercambi­o fallidos, Joan se va hacia casa, frustrado. “Probaré en algún foro”, se despide. Hay también quien busca un sobresueld­o y pide dinero, algo prohibido en la mayoría de los foros y mal visto entre coleccioni­stas.

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