Bilbao atrae el foco de los grandes actos
La ciudad apuesta fuerte y acogerá la gala de 50 Best Restaurants, los MTV Awards y la Eurocopa de fútbol del 2020
Poco se parece aquel Bilbao gris de los noventa a la actual urbe remozada. No sólo ha cambiado su apariencia física sino también su concepción interior y exterior, un aspecto al que está contribuyendo de manera decisiva la presencia internacional de la capital vizcaína como anfitriona de acontecimientos de alto impacto. Las finales europeas de rugby de este mes o la próxima gala de 50 Best Restaurants, en la que se escogerán los mejores restaurantes del mundo, son los ejemplos más cercanos de una estrategia decidida por mantener el foco sobre la villa.
“Esta dirección –explica Xabier Otxandiano, concejal de Desarrollo Económico– tiene para nosotros dos vías de interés: el posicionamiento de la ciudad en el contexto internacional y el retorno directo de los propios eventos”. Las finales europeas de rugby celebradas hace dos semanas encarnan y aúnan los dos principios: máxima visibilidad fuera de las fronteras y un impacto económico importante con visitantes de Irlanda, Gales, Inglaterra y Francia. La competición dejó el pasado año 30 millones de euros en Edimburgo (Escocia), cifra a la que el Ayuntamiento confía en acercarse.
El atractivo de los acontecimientos deportivos de primer nivel es insos negable. El Mundial de baloncesto de 2016 demostró que Bilbao responde como ciudad organizadora y sirvió como antesala para uno de los grandes retos de la villa: la capital vizcaína será una de las doce sedes de la Eurocopa de fútbol de 2020, que por primera vez se disputará en otros tantos países diferentes.
Además del deporte, la ciudad ha fijado otros dos pilares en su estrategia como anfitriona; por un lado, los acontecimientos de carácter cultural y, por otro, los vinculados al ámbito industrial y empresarial. Entre los primeros destacan el próximo 50 Best Restaurants y los MTV Europe Music Awards de otoño. La gala en la que se designarán los mejores restaurantes explica la política de visibilidad de la ciudad. “Tendrá impacto local porque se esperan mil visitantes, pero sobre todo nos dará mucho posicionamiento internacional”, indica Otxandiano. “La gastronomía vasca –continúa– es puntera en el mundo, sin eso hubiese sido casi imposible convencer a los organizadores”.
Los premios de la cadena MTV son un escaparate todavía mayor. La pasada edición celebrada en Londres fue seguida por 400 millones de espectadores, una audiencia masiva que se traduce en numero- réditos económicos en promoción y proyección. El evento es un paso más en la visibilidad de una ciudad cuyo turismo crece ininterrumpidamente. En los últimos cuatro años, el número de visitantes ha aumentado entre un 6% y un 8% anual y cerró el 2017 con un millón de turistas. “Hace 25 años, el turismo en nuestra economía local era prácticamente insignificante: hoy supone cerca del 7% de nuestro PIB”, destaca Otxandiano.
El sector servicios se impone en una ciudad tradicionalmente industrial, pero que, sin embargo, no pierde de vista la parte estratégica de la industria y empresa. En ese sentido, Bilbao se erige también como un núcleo de congresos, ferias y convenciones vinculadas a éstas.
La transformación urbanística, económica y social y la apuesta decidida del Consistorio por atraer acontecimientos internacionales han hecho de Bilbao un lugar atractivo para los eventos, que cuentan con espacios idóneos como el Palacio Euskalduna, el Bilbao Exhibition Center (BEC), el Azkuna Zentroa o el estadio de San Mamés. Los organizadores subrayan también su comodidad, comunicaciones –donde destaca el aeropuerto de Loiu– y conectividad, siendo una ciudad relativamente pequeña en comparación con otras urbes que han albergado actos similares.
La consecución en noviembre del premio a la Mejor Ciudad Europea en base a criterios urbanísticos, innovadores, sociales y ambientales es un acicate más para apuntalar una línea de exposición internacional que va a mantenerse. “Una de las claves –subraya Otxandiano– es la singularidad de Bilbao, pero no se trata sólo de ser singulares sino también competitivos; lo somos”.