Olba honra la memoria de Pertegaz
La localidad turolense donde nació el célebre modisto celebra su centenario a lo largo del 2018
Una calle, una placa en su casa natal y una escultura recuerdan los orígenes del maestro de la costura
Manuel Pertegaz tuvo una larga vida y una proyección internacional, pero su historia comenzó en la localidad de Olba (Teruel), donde nació el 18 de mayo de 1918. Cien años después, su pueblo natal le ha rendido un homenaje que va más allá del recuerdo y los elogios. Olba, ubicada en un valle aragonés de aires toscanos, quiere celebrar a su hijo más ilustre y, al mismo tiempo, ofrecerse como escenario natural para guardar la memoria y la obra del maestro de la costura, fallecido en Barcelona el 30 de agosto del 2014, a los 96 años.
Para conmemorar el centenario de su nacimiento, el Ayuntamiento de Olba, apoyado por el Gobierno de Aragón, ha organizado una serie de actos homenaje a Pertegaz que a lo largo de los próximos meses tendrán lugar en la citada localidad. Para empezar, algunos edificios de la plaza del Ayuntamiento han servido para colocar fotos gigantes de Pertegaz, así como de algunos de sus diseños, como el que cerró con broche de oro su carrera: el traje de novia de la ahora reina Letizia. Federico Martín, alcalde de Olba, ha sido el entusiasta promotor y el encargado de abrir los actos de homenaje, que incluyeron la colocación de una placa en la casa natal del modisto; el descubrimiento de un busto, obra del artista José Miguel Abril, en los jardines de la fuente de los Caños, y la dedicatoria de una calle que a partir de ahora llevará el nombre de Manuel Pertegaz. Dione, Sionín y Elisa Caus Pertegaz, sobrinas del maestro, así como sus más cercanos colaboradores, Ángel Tribaldos y Belén, estuvieron presentes en el arranque de la serie de homenajes que se celebrarán en Olba con motivo del que se ha denominado año Pertegaz.
El alcalde de la población fue más allá del simple reconocimiento al innegable talento de Pertegaz para la costura: “Él y su generación son ejemplo vivo y cercano de cómo la lucha frente a un entorno hostil, la sólida creencia en el destino es aliada para salir adelante y llevar a buen puerto cualquier aspiración”. Martín tuvo un recuerdo especial para Encarna Pertegaz, hermana del modista y la persona que permaneció a su lado hasta su propio fallecimiento hace algunos años, cuando también había superado los 90 años. Sus hijas han seguido vinculadas a Olba, adonde acuden regularmente, y asintieron agradecidas a las palabras del alcalde referidas a su madre.
Julio Pertegaz y Elisa Ibáñez, junto a sus hijos Encarna y Manuel, abandonaron Olba en 1927 para establecerse en Barcelona en plena ebullición ante la Exposición Universal de 1929. El hijo menor, aún adolescente, entró a trabajar en la sastrería Angulo, donde aprendió el oficio y empezó a confeccionar sus primeros vestidos con su hermana como cómplice y maniquí. Tras la Guerra Civil abrió su propio taller y desde la Diagonal, en Barcelona, su maestría se extendió por todo el mundo. Supo adaptarse a los tiempos, pero a partir de los
años ochenta se refugió en su taller, donde, de modo artesanal, siguió vistiendo a las mujeres más elegantes, sus fieles clientas, y a las hijas y nietas de estas. A los 86 años recibió el encargo de confeccionar el vestido de novia de Letizia Ortiz, un broche de oro con el que se le hizo justicia y gracias al cual Pertegaz volvió a estar de moda. Diez años después de la boda real, el modisto murió en Barcelona sin haber dejado de ser nunca el inquieto muchacho de Olba. Ahora su localidad natal honra su memoria y, a la vez, proyecta su talento y su paisaje.