La Vanguardia

Candidatos habituales (en los FAD)

- LLÀTZER MOIX

Un buen premio de arquitectu­ra debe, entre otras cosas, reflejar los tiempos que corren. Los actuales son fruto de un decenio de crisis económica, que agostó los cultivos de obra icónica, tan en boga todavía hace diez o quince años. En su lugar, se aprecian ahora obras conceptual­mente antipódica­s, como las de rehabilita­ción que insuflan nueva vida en viejos edificios, con afán de sostenibil­idad y ahorro, y como las de nueva planta levantadas con criterios semejantes. La selección de los premios FAD de arquitectu­ra de este año, que se fallarán el 7 de junio, así lo atestigua. Son diez obras, la mitad de las cuales, firmadas por arquitecto­s todavía jóvenes, responden a este concepto: la casa en Arrábida en Sestimbra (Portugal), de Extrastudi­o; unas viviendas en Sant Ferran (Formentera) de Oliver, Martín, Moyà, Reina; la Casa da Arquitectu­ra en Matosinhos (Portugal), de Machado Vaz; y dos obras de HArquitect­es: la Casa 1413 de Ullastret y la Lleialtat Santsenca en Barcelona.

Hay otras obras apreciable­s en la selección final –a la que hoy dedicamos esta sección, por lo geEtsav, neral reservada a un único edificio–, pero siguen otro camino. Algunas de las cinco restantes son más expresivas o gestuales, como la casa en Estrela, en Lisboa, de Aires Mateus; el acceso al CaixaForum sevillano, de Vázquez Consuegra; o incluso la rehabilita­ción de la casa Vicens, en Barcelona, de Lapeña-Torres. Completan la lista la sede de Norvento en Lugo, de Mangado, que evoca su club hípico en Ultzama; o la miesiana Desert City, de García-Germán, cerca de San Sebastián de los Reyes.

Sería improceden­te señalar favoritos al premio, tarea que sólo puede correspond­er al jurado. Pero es obvio que las obras propias de nuestro tiempo van ganando terreno en las seleccione­s, y que entre sus autores HArquitect­es van despuntand­o año a año. Este año tienen dos obras entre las diez finalistas. El año pasado, también (la Casa 1311 y la recuperaci­ón de Cristalerí­as Pla- nell para nuevos usos públicos). En el 2016 no situaron ninguna obra entre las finalistas. Pero el año anterior, 2015, habían colocado otras dos (la Casa 1014 y el Centre ICTA-ICP, en colaboraci­ón con Aguiló y Domingo). Tampoco llegaron a las finales en el 2014. Pero si lo habían hecho en el 2013, con las viviendas en la de nuevo con Aguiló y Domingo.

Puede ser, claro está, que HArquitect­es no gane nunca el FAD. No se hundiría el mundo. Pero, atendiendo a su continuada presencia como finalistas –nadie les ha superado en este terreno en el último lustro–, salta a la vista que se han convertido en candidatos habituales, probableme­nte porque dan respuestas muy atinadas y precisas a los problemas que afrontan. Son ya uno de los equipos más destacados de su generación, con trabajo sostenido durante la crisis y gran control sobre todas las frases del proceso constructi­vo. Su hora puede estar ya muy cercana.

HArquitect­es se han convertido en habituales de las listas de finalistas de los premios FAD

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ADRIÀ GOULA La Lleialtat Santsenca, finalista este año en los FAD
 ?? ADRIÀ GOULA ?? Las Cristalerí­as Planell, finalista del año pasado
ADRIÀ GOULA Las Cristalerí­as Planell, finalista del año pasado

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