Iglesias y Montero logran el apoyo de las bases de Podemos
La consulta por la compra de la casa se salda con 128.000 votos a favor y 60.000 en contra
La consulta sobre la continuidad de Pablo Iglesias e Irene Montero se salda a favor del secretario general y la portavoz parlamentaria de Podemos, con 128.000 votos (68,4%) de apoyo, y un récord de participación de casi 190.000 votantes, que supera al de la última Asamblea de Vistalegre II. La cifra de apoyo a la continuidad de Iglesias y Montero al frente de Podemos también supera el número de votos obtenidos por la candidatura de Iglesias en aquella ocasión, y la movilización subraya que la militancia no ha asumido las críticas de algunos sectores a la convocatoria ni las llamadas a no votar.
A la vez, la participación masiva, que supera de largo el número de inscritos activos –los inscritos de Podemos son casi medio millón, de los que 150.000 se consideran “inscritos activos”, es decir, aquellos que en los últimos 12 meses han interactuado con la web del partido en al menos una ocasión–, revela que hay un sector crítico al que la forma de conducirse de los líderes de la formación en la polémica desatada por la adquisición de un chalet en Galapagar, no ha gustado nada: son 59.000 los inscritos que han votado para apartar de la política a Iglesias y Montero, un 31% de los votantes, un porcentaje muy respetable considerando lo que había en juego. Esta inesperada polémica parece haber provocado el cierre de filas y a la vez activado a un militante enfadado, sea con la compra de la vivienda o con el modo en que se ha trasladado la eventual crisis de credibilidad a las bases.
Iglesias y Montero, que dan por zanjada la controversia con el aplastante apoyo de 128.000 inscritos, tomaban nota ayer del voto de castigo recibido, y, a través de un comunicado del secretario general en su página de Facebook, entonan el mea culpa: “Entre las obligaciones de un dirigente de Podemos no sólo está ser honrado, sino también evitar dar armas al adversario”. El secretario general entiende que “quien hace política debe saber que sus reglas son injustas y que muchas decisiones personales legítimas pueden ser sometidas, justamente o no, al escrutinio público. Cuando eso ocurre no sólo debemos dar la cara, también debemos tomar nota. Y he tomado buena nota de ello”.
Iglesias, de hecho, comienza sus líneas celebrando la alta participación y dirigiéndose expresamente a los que han votado para que Irene Montero y él abandonen la política: “Tomo nota del mensaje del 30% por ciento de inscritos que no nos han apoyado. No han sido días fáciles para nosotros, pero tampoco para la gente de Podemos”.
Es la tercera vez que Iglesias emplea el atributo de la secretaría general de convocar a las bases y es la tercera vez que sale vencedor, con mayor participación que nunca, aunque con un voto en contra más severo, lo que supone tanto un reforzamiento de su liderazgo, junto a la número dos del partido, como la solidificación de unas bases molestas con la dirección, máxime cuando ninguno de los sectores críticos, ni errejonistas ni anticapitalistas, pidieron expresamente un voto contra Iglesias y Montero. Algunos destacados miembros de Anticapitalistas, a la vez que daban su apoyo a la dirección por el acoso mediático, consideraban improcedente la consulta y anunciaban su negativa a votar. Es decir, había una invitación
La votación movilizó a los descontentos, con casi 60.000 votos, un castigo del que Iglesias dice haber tomado nota
expresa a la abstención, más que al voto en contra. Podemos deberá pues leer con detenimiento el resultado de esta consulta.
El secretario de organización, Pablo Echenique, decía que la consulta debía aclarar si en Podemos manda Eduardo Inda –que difundió fotos de las ecografías de Montero y de la vivienda de Galapagar–. La votación ha demostrado que a día de hoy no manda.