Un regreso esperado
El grupo catalán Mourn regresa con su nuevo álbum, ‘Sorpresa familia’, como uno de los conjuntos con más proyección de la escena indie rock internacional
El grupo catalán Mourn vuelve a la primera línea del panorama musical con su nuevo álbum, Sorpresa familia, como uno de los grupos con más proyección de la escena indie rock internacional.
Carla y Jazz se conocieron en el instituto de Mataró donde estudiaban en el 2012. Les gustaba el rock, componerlo, cantarlo y vivirlo con las guitarras. Poco más tarde se les unieron Leia y Antonio y dieron vida al grupo Mourn. Jazz y Leia son hermanas e hijas de Ramón Rodríguez, más conocido por liderar The New Raemon, una de las referencias más recomendables de la escena indie que se hace en Catalunya desde hace años. Dieron su primer concierto en octubre del 2013: Leia tenía trece años, los otros, diecisiete. Un año más tarde publicaron su primer álbum, de título homónimo. Dos años después se estrenaron en el Primavera Sound.
Ahora, más crecidos y curtidos pero igual de entusiastas, alumbran Sorpresa familia (Captured Tracks), con el que aspiran a confirmar su condición de ser uno de los grupos con más proyección de la escena indie rock internacional. Habrá oportunidad de comprobar las cualidades de sus nuevas canciones en el próximo Vida Festival (30 de junio)
Cuando aquel disco primigenio vio la luz, desde el primer momento se convirtieron en una de las bandas del momento de la escena rockera, donde sus líricas reflejaban su condición y sus preocupaciones de adolescentes y jóvenes. Pero sobre todo su sonido mostraba musculosas influencias mucho más anteriores, como los Ramones, The Breeders, Sleater-Kinney o la gran PJ Harvey. Aquella atractiva mezcolanza provocó unánimes buenas críticas y un notable eco en las redes, hasta el punto de que el prestigioso sello estadounidense Captured Tracks (casa de, por ejemplo, Wild Nothing o Marc DeMarco) se los hizo suyos, y ellos comenzaron a girar por escenarios estadounidenses y de otros países, algo bastante insólito en la escena local y española del rock, y más a tan relativa temprana edad.
Con su segunda entrega, Ha, Ha, He!, consolidaron sonido y estilo, pero paradójicamente no tuvieron el mismo eco. En realidad, aquel álbum no pudo llegar a escucharse por estas latitudes por discrepancias legales con su sello discográfico, lo que les obligó a estar parados durante bastante tiempo. Comenzaron a reemerger el pasado año tocando sin pausa en escenarios españoles, y en otoño publicaron el ep Over the wall, con formidables versiones de The Replacements, Hüsker Du, The Sound y Echo & The Bunnymen. Unas semanas después volvieron a girar por Estados Unidos. Tras publicar su esperada nueva entrega, en un par de meses volverán a cruzar el charco para mostrar su refrescante rock en la escena estadounidense.
La nueva obra refleja inevitablemente las secuelas de todo un vía crucis de desencuentros y problemas legales con su antigua discográfica, “que nos llevó a estar todo el 2016 sin hacer nada a nivel de conciertos, aunque seguíamos componiendo y ensayando”, recuerda Jazz; “los nuevos temas reflejan toda esa odisea vivida y sobre todo reflejan mucha frustración [el primer single, Barcelona city tour, destila una rabia más que evidente]. Musicalmente, también, porque cuando compones el estado de ánimo influye mucho, y a mí eso me pasaba mucho”, prosigue la máxima responsable de las letras del disco y copartícipe de las músicas con el resto de la banda. El batería Antonio Postius también coincide en que “nos han salido canciones más intensas, un sonido más potente. Mantenemos esa base un poco cruda y muy directa de Mourn, pero en esta ocasión lo hacemos en un disco que más que romper, evoluciona”.
Hay, con todo, un confeso mensaje de optimismo en las vitalistas canciones del álbum, como dice Jazz ante la mirada aprobatoria de sus compañeros: “El mensaje que quiere transmitir Sorpresa familia es que hay que superar los malos momentos, tienes que sacar todas tus vivencias, y yo he sacado todo lo que me ha pasado a modo de diario personal. Una vez lo sacas y lo tienes escrito en forma de canción o de poema, ves que lo entiendes, que te sientes así por tal cosa, y al final es como una purificación. Una de las canciones que cierra el álbum habla de eso, de que me he liberado de lo tóxico de mi vida y ahora me toca remontar. Superarlo y ya está”.
Los cuatro miembros del grupo Mourn han decidido centrarse cien por cien en este regreso a la arena, con los vistos buenos de los respectivos padres. Cuentan con el patrimonio de trabajar con un sello norteamericano “que no se mete para nada en lo que hacemos y nos da un apoyo allí que no tiene precio. Cuando comenzaron a distribuir nuestro primer disco, ni siquiera alucinamos porque no habíamos llegado a contemplar esa posibilidad ni como un sueño”, explica Jazz.
Y acaban como su música, clara, refrescante y contundente: “Aún estamos totalmente en fase de aprendizaje. Y lo más importante sobre lo que hemos aprendido estos años es que es fundamental de que haya cohesión entre nosotros, que estamos de acuerdo en los temas importantes y nunca pensar que ya hemos tocado techo. Eso sería lo peor”.