Beatrix von Storch
LÍDER ULTRA ALEMANA
Pese a los buenos resultados electorales, el partido que lidera Von Storch (47), Alternativa para Alemania, no logró llenar las calles de Berlín como pretendían, con sus soflamas antiinmigratorias y contra el islam.
El intento del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) de plasmar en una gran manifestación en Berlín su carácter de tercera fuerza parlamentaria y primer partido de la oposición pinchó ayer aparatosamente, al ser superada en número por las contramarchas de protesta organizadas por sus detractores. La AfD, que en las elecciones de septiembre del 2017 cosechó el 12,6% de los votos y logró así entrar en el Bundestag con 92 diputados, contaba con reunir a unos 10.000 participantes, pero finalmente acudieron 5.000 (cifra oficial de la policía), muchos de ellos llegados desde otros länder.
Como respuesta simultánea a la manifestación de este partido, que ha hecho de la retórica antiinmigración y antiislam su seña de identidad, varias entidades habían convocado una contramanifestación que aspiraba a bloquear la ruta autorizada de la AfD, que debía discurrir desde la estación central hasta la puerta de Brandemburgo. Ese magma reunió a unas 25.000 personas, según la última cifra proporcionada por la policía berlinesa.
Bajo el lema Por el futuro de Alemania, la marcha de la AfD echó mano de sus argumentos habituales, tanto en los discursos de sus dirigentes como en las pancartas que portaban los manifestantes, en su mayoría varones. Era un compendio de ataques a la canciller democristiana, Angela Merkel, por haber abierto las fronteras de Alemania a los refugiados en el verano del 2015, junto a proclamas islamófobas.
“El poder del islam en Alemania no es otro que el poder de los malvados”, dijo a la concurrencia la líder ultraderechista Beatrix von Storch, quien arremetió contra el futbolista Mesut Özil, protagonista de una reciente polémica por fotografiarse junto a Recep Tayyip Erdogan. “A pesar de su pasaporte alemán, Özil no es alemán, porque no quiere cantar el himno, y se reúne con el presidente turco”, acusó Von Storch. Con profusión de banderas alemanas, en las pancartas se leían eslóganes como: Merkel debe irse, o Alemania sin islam.
A la convocatoria contra la AfD se sumaron varios partidos políticos –acudió el diputado verde Cem Özdemir–, sindicatos, grupos juveniles, teatros y organizaciones pro migrantes. Destacaba la caravana de 30 vehículos con altavoces que emitían música tecno, organizada por discotecas y clubs para impedir que se oyeran los discursos. Hubo también barcazas en el río Spree con carteles como Solidaridad en lugar de racismo o Alternativa para idiotas.
Por temor a disturbios, la policía de Berlín desplegó a 1.800 agentes, pues en marchas y congresos anteriores de la AfD, grupos de izquierda radical autodenominados Antifa realizaron violentos bloqueos. Ante la cita berlinesa estos grupos habían llamado por internet al “caos mejor que la AfD”. Por ello, la policía acordonó en la puerta de Brandemburgo la zona reservada a la AfD, donde hablaron los dos copresidentes, Jörg Meuthen y Alexander Gauland. Finalmente hubo pocos incidentes: ardió un Mercedes, prendió pirotecnia en un contenedor, y los empellones pudieron ser controlados.
En Berlín se corearon lemas contra Merkel y el islam que fueron respondidos con frases contra el racismo