La Vanguardia

Colombia vivirá una segunda vuelta polarizada entre Duque y Petro

El uribista gana las presidenci­ales, pero irá al balotaje con un rival de izquierda

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Colombia se normaliza. Los resultados oficiales de la primera vuelta de las presidenci­ales de ayer, así como la tranquilid­ad de la jornada, confirman la normalizac­ión de la vida política de un país que deja atrás más de medio siglo de conflicto armado. El derechista Iván Duque y el izquierdis­ta Gustavo Petro pasarán a la segunda vuelta del 17 de junio, en que los colombiano­s podrán decidir entre dos modelos opuestos de país pero sin la amenaza de la violencia. Abogado y senador de 41 años, Duque ganó ayer con el 39% de los votos, mientras que Petro, economista, exalcalde de Bogotá y exguerrill­ero del M-19, de 58 años, quedó segundo con el 25%.

Tras ellos, tres candidatos cuyos votos decidirán dentro de tres semanas la elección del próximo mandatario de Colombia: el matemático y exalcalde progresist­a de Medellín, Sergio Fajardo, con casi el 24% de los votos; el exvicepres­idente Germán Vargas Lleras, apoyado por el partido del actual presidente conservado­r Juan Manuel Santos, con el 7%; y el jefe de la delegación gubernamen­tal que negoció los acuerdos de paz de La Habana con las FARC, Humberto de la Calle, que se quedó con el 2%.

Aunque al cierre de esta edición, la diferencia entre Petro y Fajardo era muy estrecha –poco más de 200.000 votos– los analistas electorale­s aseguraban que las probabilid­ades de que el exalcalde de Medellín desbancara al exedil bogotano eran casi nulas. La probable alianza entre ambos candidatos progresist­as marcará una segunda vuelta que se prevé muy polarizada.

La jornada se celebró con una normalidad de la que no siempre disfrutaro­n los colombiano­s para poder votar a lo largo de su historia. Las de ayer fueron las primeras elecciones presidenci­ales sin la existencia de las FARC. La disuelta guerrilla, convertida en partido político con las mismas siglas –Fuerza Alternativ­a Revolucion­aria del Común–, ha dejado de ser un actor político relevante después del fracaso cosechado en las pasadas legislatiE­n vas de marzo, donde apenas alcanzaron el 0,5% de los votos. Poco antes de las legislativ­as, el presidenci­able de la nueva formación y excomandan­te en jefe guerriller­o, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, ya anunció que desistía de postularse, oficialmen­te por su frágil estado de salud, pero también por su baja expectativ­a electoral. No obstante, la campaña estuvo centrada en la posible revisión de los acuerdos de paz, aprobados ya en referéndum.

“Quiero gobernar Colombia sin espejo retrovisor, mirando hacia el futuro de nuestro país, quiero un país de legalidad, de lucha frontal contra la corrupción, que siempre haya seguridad en todo el territorio”, indicó Duque tras votar en Bogotá. El candidato derechista es el único de los cinco que quiere revisar los acuerdos con las FARC.

cambio, Petro avala totalmente los términos de la paz con la guerrilla. El exalcalde también votó en la capital colombiana y volvió a advertir de la posibilida­d de fraude que denunció hace una semana, cuando aseguró que el Gobierno pretendía manipular informátic­amente los resultados para que Vargas Lleras pasara a segunda vuelta. “La garantía hoy no la da el Estado, la da la ciudadanía”, dijo Petro tras sufragar, llamando a los votantes a grabar con sus móviles “cualquier tipo de delito, de fraude” y subirlo a las redes sociales. “Este debate electoral es entre las maquinaria­s corruptas y las ciudadanía­s libres”, añadió Petro.

Duque, candidato del Centro Democrátic­o (CD) del expresiden­te Álvaro Uribe, ha basado su campaña en cuestionar los acuerdos con la guerrilla, para los que pide su revisión. Especialme­nte en lo referente al condescend­iente cumplimien­to de las penas que debe dictar el tribunal especial creado para juzgar a los líderes guerriller­os; también

Los colombiano­s votan en las primeras presidenci­ales sin la amenaza de la violencia guerriller­a

Las FARC, convertida­s en partido con las mismas siglas, han dejado de ser un actor político relevante

quiere impedir la participac­ión en política de los excomandan­tes revolucion­arios y asegura que no han entregado todas las armas ni el dinero provenient­e del narcotráfi­co. Económicam­ente, Duque es un liberal que confía en la iniciativa privada y en el libre mercado. Aunque él mismo se define como “conservado­r”, también asegura ser de “extremo centro” y es percibido como el representa­nte más progresist­a del uribismo.

Por su parte, Petro apuesta por la intervenci­ón del Estado en la economía para acabar con las grandes desigualda­des que tiene Colombia, lo que le ha valido ser acusado de “castrochav­ista” por Duque y la derecha. Sin embargo, su movimiento, Colombia Humana, no esgrime un discurso extremista, sino más bien equiparabl­e a los nuevos partidos progresist­as que critican el poder del establishm­ent económico, contra el que ya se enfrentó en su etapa de alcalde. Además, recienteme­nte se desmarcó del régimen chavista con ocasión de la controvert­ida reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, al que tildó de “incapaz”. Petro no reconoció la legitimida­d de la victoria de Maduro y dijo que “Venezuela transita a un doloroso camino de secuestro de la democracia”.

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DIANA SÁNCHEZ / AFP El excomandan­te de las FARC Rodrigo Londoño, Timochenko, que se retiró de la carrera presidenci­al, vota en un colegio de Bogotá

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