Control en 14 puestos fronterizos
Nepal, uno de los países territorio de oenegés, cuenta con al menos una veintena de organizaciones que trabajan para prevenir o atender a las personas traficadas. La complejidad de llegar al fondo en una práctica difícil de erradicar en un país anclado en la pobreza hace que sea complejo tener cifras oficiales y reales de la dimensión de la tragedia. Child Workers in Nepal Concerned Centre (CWIN), pionera en la lucha contra la explotación infantil, apunta en un informe de noviembre del 2016 que “entre 5.000 y 15.0000 mujeres son enviadas cada año a India para prostituirlas”. Asimismo, destaca el aumento del tráfico de jóvenes hacia China, también a Sudáfrica, a países del Golfo y a Corea del Sur. El 40% de las víctimas de trata tienen menos de 18 años, y de estas, el 77% no ha cumplido los 16, según CWIN. Cabe insistir en que todos estos datos hay que tomarlos con muchísima precaución. Maiti focaliza parte de su trabajo en 14 puestos fronterizos de Nepal, 13 con India y uno con China, donde jóvenes que han sido traficadas, en colaboración con la policía, controlan los movimiento de posibles víctimas alertándolas de lo que les puede pasar. En Maiti comentan que incluso han acogido a un niña de sólo siete años, una edad a la también las pueden obligar a culminar jornadas de trabajo doméstico de 12, 14 o más horas.