Federico de Dinamarca celebra sus 50 años con una cena de gala
La reina Margarita celebra una cena de gala a la que asisten las familias reales europeas
La ocasión era bien merecida. El príncipe Federico de Dinamarca, heredero al trono, cumplía 50 años, y su madre, la reina Margarita, le organizó una gran fiesta en su honor. De hecho, el pueblo danés llevaba una semana de festejos, que culminó la noche del sábado con esta cena de gala en el palacio de Christiansborg (Copenhague), donde se dieron cita algunas de las familias reales europeas. Tres fueron las ausencias destacadas: la familia real británica, no muy dada a acudir a este tipo de celebraciones; la casa monegasca, que el fin de semana acogía en Mónaco el gran premio de fórmula 1, y los reyes de España, que habían presidido esa misma mañana el desfile del día de las Fuerzas Armadas en Logroño. Esa coincidencia evitó la incomodidad del encuentro entre la reina Letizia y Marie-Chantal Miller –ambas, primas políticas– después de que esta última se posicionase del lado de la reina Sofía tras el encontronazo de las dos reinas en la misa de Pascua en Palma.
Entre la lista de invitados se encontraban Ana María y Constantino de Grecia con sus hijos Teodora, Filippos y el príncipe Pablo, que acudió con su mujer, Marie-Chantal, y dos de sus hijos, Olympia y Constantine. Estuvieron también representantes de las casas reales escandinavas como los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y su hija la princesa Victoria; los herederos noruegos, Haakon y MetteMarit; y los belgas, Felipe y Matilde. Tampoco faltaron Guillermo y Máxima de Holanda, así como los grandes duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa.
La anfitriona del acto, la reina Margarita, eligió para la ocasión un vestido en color coral que completó con una espectacular tiara de oro inspirada en las flores de Groenlandia. La princesa Mary, esposa del príncipe Federico, optó por un vestido nude con incrustaciones de Lasse Spangenber que acompañó de una diadema de oro y plata con rubíes y diamantes.
La reina Margarita dirigió, durante la cena, unas cariñosas palabras a su primogénito. “Ser príncipe heredero no es nada fácil cuando se es joven. Pero tú mismo encontraste tu camino”. La soberana quiso hacer un guiño a su nuera: “Cuando encontraste a Mary comenzaste una nueva etapa. Erais dos, tres, cuatro y ahora ¡sois seis! Una numerosa familia”. Orgullosa de su hijo, finalizó: “Haces que Dinamarca sea más grande, honras Dinamarca, y eso me hace muy feliz. ¡Querido Federico, felicidades!”.