Ricciardo gana en Mónaco; Alonso se retira por una avería
El ‘aussie’ aguanta heroicamente 40 giros con una avería de motor y dos marchas menos
Resistir es vencer. Valga como ejemplo el ejercicio de supervivencia que protagonizó Daniel Ricciardo en Mónaco, escenario mítico propicio para investir héroes. El australiano aguantó heroicamente al frente de la carrera durante 40 vueltas con un problema de potencia que le dejó con un puñado de caballos y dos velocidades menos, ante el acoso –poco incisivo– de Sebastian Vettel y Lewis Hamilton.
“Llevo dos años esperando esto; por fin me llega esa redención, hemos tenido problemas de potencia desde antes de la mitad de carrera, y he llegado a meta sólo con seis velocidades”, comentaba el piloto de Red Bull, recordando la espina que le quedó clavada en Mónaco 2016, cuando logró la única pole que tenía en la F-1 –hasta la segunda que sumó el sábado–, pero que no pudo convertir en victoria por un error de su equipo. Ayer se resarció. Y lo celebró a su cómica manera, bebiendo el champán de su bota ante las risas de la familia real monegasca.
El triunfo épico de Ricciardo, por dramático y sufrido, pero también su dominio aplastante en todos los ensayos –con récord de pista incluido– fue lo mejor de una carrera soporífera, sin apenas adelantamientos y sin cambios de orden en los cinco primeros puestos. Se vio ya desde la salida que los pilotos salían al asfalto del Principado en modo conservador, a no arruinarse la carrera en la primera vuelta. Nadie apretó más de la cuenta en el arranque, así que las 11 primeras posiciones se mantuvieron intactas. Sólo Verstappen, que partía el último de la parrilla (20.º, por el accidente en los terceros libres), ofreció espectáculo escalando posiciones.
Salvo los movimientos que forzaba el impetuoso holandés para recuperar terreno, el resto de la parrilla prefirió no perder su vagón en el trenecito típico por las calles de Mónaco. Nadie se la jugaba. Todos se miraban de reojo a ver quién paraba antes y descubría su juego táctico, a la espera de la visita del habitual safety-car que rompiese la monotonía. Pero no apareció.
Lo que sí llegó fue el drama para Ricciardo. En la vuelta 29 (de las 78) el australiano empezó a reportar por radio problemas en su bólido. “No tengo potencia”, se quejaba un Daniel que se iba inquietando por momentos al verse con 170 CV menos ante el empuje del Ferrari de Vettel. “¿Qué puedo hacer para solucionarlo?”. “Mantén la concentración”, le recetaban desde el muro energético. Estaba vendido, en manos de lo que aguantase el motor Renault, y de lo que sus manos pudiesen contener al Ferrari.
Fue entonces cuando emergió la capacidad mental, de aguante y resistencia de Ricciardo. Sin desquiciarse, aunque viese al bólido rojo cada vez más pequeño en su retrovisor, conseguía distanciarse en los tramos donde no necesitaba potencia, en las frenadas, haciendo valer el mejor estado de sus gomas que las de Vettel... y la ayuda de las calles de Mónaco, antipáticas para los adelantamientos. Así fue como pudo mantener a raya al alemán, vuelta a vuelta, hasta la 78, ganarse la nominación popular de piloto del día, y celebrar su 7.º triunfo en la F-1.
Sólo tuvo un susto que le alteró el pulso: el accidente de Leclerc, que se montó sobre el Toro Rosso de Hartley antes de la piscina al quedarse sin frenos el Sauber. Por suerte para Ricciardo, los dos bólidos salieron de la pista sin problemas y no fue necesario el coche de seguridad que podía frustrarle la victoria. Difícilmente el aussie habría podido competir en potencia con el Ferrari en una resalida lanzada.
Nada cambió por detrás. Vettel nunca pudo morderle, como tampoco Hamilton al alemán, ni Räikkönen al inglés, los tres con el mismo problema de desgaste de gomas. Así que los cinco primeros se quedaron igual. Verstappen pudo llegar al 9.º, Sainz salvó un punto después de dejar pasar a Hülkenberg por orden del equipo, y Alonso conoció su primer abandono por una avería de la caja de cambios.
PRIMER ABANDONO DE ALONSO El asturiano tuvo que retirarse por una avería cuando era séptimo, a falta de 28 vueltas