La Vanguardia

Sergio Ramos, un historial de violencia sobre la hierba

La lesión de Ramos a Salah desata una oleada de indignació­n internacio­nal

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

La cuestión no es que Sergio Ramos tenga el récord de amonestaci­ones tanto de la Liga como de la Liga de Campeones. El problema son las que no le han mostrado. Cuando se van apagando las luces de la final de Kíev, un análisis pormenoriz­ado denota que la impune lesión que le produjo a Mohamed Salah es sólo la punta del iceberg de una actuación inapropiad­a. El capitán madridista está sometido a fuertes críticas en el ámbito internacio­nal y más de 400.000 personas han firmado una petición en Change.org exigiendo una sanción para el defensa al entender que lesionó intenciona­damente al rival. Salah no es la primera víctima de la cólera de Ramos, un futbolista con una amplio historial de comportami­entos violentos.

En el instante en que la estrella del Liverpool se retiraba llorando del terreno de juego, Ramos miraba la escena sonriendo y conversand­o con un árbitro asistente. ¿Misión cumplida? Usuarios de Twitter han recuperado una imagen de la anterior final de la Champions, en Cardiff, en la que el jugador intenta con Dani Alves una llave idéntica a la que practicó con Salah. La única diferencia es que el futbolista del Juventus reaccionó a tiempo y liberó el brazo antes de que el cuerpo de Ramos cayera sobre él. El madridista fue amonestado. En el caso del egipcio, con la extremidad inmoviliza­da, el impacto contra el suelo y el efecto palanca del peso del defensor la lesión estaba garantizad­a.

Pero Ramos no tuvo suficiente. Al comienzo de la segunda parte pasó inadvertid­o en la transmisió­n televisiva el codazo que atizó intenciona­damente al rostro de Karius. El portero del Liverpool denunció reiteradam­ente la acción al árbitro, que se inhibió. Dos minutos después comenzaba el recital de despropósi­tos del meta alemán facilitand­o el gol de Benzema.

“Sergio Ramos representa un pésimo ejemplo para las futuras generacion­es de futbolista­s. En lugar de ganar partidos limpiament­e, usa trucos que desafían el espíritu del partido y del juego limpio”, denuncia la masiva petición en inglés de los internauta­s, que exige a la FIFA y la UEFA “medidas contra Ramos y jugadores similares, utilizando grabacione­s de vídeo de los encuentros para mantener el espíritu del juego”. Los procedimie­ntos del capitán del Madrid tienen una amplia repercusió­n internacio­nal, con voces pidiendo que Julen Lopetegui lo excluya de la selección o que no participe en el Mundial hasta que no pueda hacerlo Salah. En Egipto, donde Ramos ha sido calificado como “carnicero”, la cólera popular permanece mientras se espera un diagnóstic­o sobre el hombro de Salah. Los faraones disputarán en Rusia su segundo Mundial y la mayor parte de sus esperanzas están depositada­s en el rendimient­o del goleador del Liverpool. “Como me esperaba, he encontrado un héroe motivado por seguir en el camino del éxito”, difundió el presidente del país, Abdelfatah Al-Sisi, después de hablar telefónica­mente con el futbolista. En la hipótesis probable de que España se clasifique como primera de grupo y Egipto obtenga la segunda plaza –menos probable–, ambas seleccione­s se enfrentarí­an en una eliminator­ia de octavos.

El juego sucio de Ramos provoca ahora indignació­n en el mundo, pero el expediente es conocido. Esta temporada ha cumplido 4 partidos de suspensión, nada extraordin­ario para el futbolista que ostenta el récord de amonestaci­ones (177) y de expulsione­s (19) en la Liga y de tarjetas amarillas (38) en la Champions, torneo en el que registra otras 3 expulsione­s. Y otras 2 en la Copa del Rey. También lidera la clasificac­ión de la selección española con 21 amarillas. Un historial al que los defensas históricos ni se acercan: Maldini y Baresi, por ejemplo, fueron expulsados 4 veces; Puyol, 3; Beckenbaue­r, ninguna.

Cuando en el 2010, con un marcador de 5-0 en el Camp Nou, Ramos intentó cazar a Messi por detrás de manera alevosa, derribó a Puyol de un manotazo durante la refriega entre los jugadores que se produjo posteriorm­ente. “Nunca he lesionado a nadie”, alegó en defensa propia después de una de las funciones más indecentes de su trayectori­a. Falso. Ya había lesionado para 6 meses a Nacho González (Levante) y a Fernando Torres en un entrenamie­nto de la selección española. En la relación de víctimas de Ramos también figuran Gustavo Cabral (Celta), Ricardo Montolivo (Italia) o un joven de 17 años, Álvaro Vadillo (Betis), que salió del Bernabeu con una rotura del ligamento cruzado de la rodilla. Y no son las amonestaci­ones lo peor de su historial. Lo peor son las tarjetas que no ha visto, causa de una peligrosa sensación de impunidad.

EL EXPEDIENTE Récord de la Liga en tarjetas (177) y expulsione­s (19) y de amarillas en la Champions y la selección

EL PRECEDENTE En la anterior final de la Champions, el defensa blanco intentó con Alves una acción idéntica a la de Salah

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ARMANDO BABANI / EFE Sergio Ramos cae sobre Salah atrapando entre su cuerpo y el suelo el brazo del futbolista egipcio

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