Vicenç Altaió
POETA Y ENSAYISTA
Vicenç Altaió y Josep M. Sala-Valldaura son autores de la antología Mig segle de poesia catalana, del maig del 68 al 2018. Los autores destacan tres generaciones de poetas: los hijos de la revolución, los de la normalización y los de la insurrección.
Durante un año y medio mantuvieron en secreto que andaban preparando esta antología para evitar todo tipo de presiones, “incluso las de aquellos que querrían salir en la lista”. Por supuesto ellos dos –también poetas– no se incluyeron.
Escogieron 231 autores, se leyeron su obra entera y, finalmente, eligieron un poema de cada uno. Literalmente, centenares de libros. “A la hora de decidir no nos peleamos, curiosamente coincidíamos mucho, los dos nos hemos pasado la vida leyendo poesía”.
La minuciosa labor de construcción de la antología poética Mig segle de poesia catalana, del maig del 68 al 2018 (Ed. Proa) nos llega de la mano de Vicenç Altaió y Josep M. Sala-Valldaura como una bocanada de aire fresco. Distinta a los cánones.
Conscientes de que –como en toda antología– “no están todos los que son, pero son todos los que están” decidieron aplicar algunos criterios necesarios. Por ejemplo, que los autores hubieran nacido a partir de 1940. “Llegamos a un pacto: ya nos cortamos el cuello nosotros para que otros hablen después”.
Tres términos clarificadores definen los ciclos socioliterarios en que se han distribuido los poetas que componen la antología. Tres generaciones: la de “la revolución” (nacidos en la postguerra, formados en una lengua impuesta, el castellano), la de la “normalización” (ya se han formado con el catalán en la escuela y viven el desarrollo tecnocrático del capitalismo) y la de la “insurreción” (integrada por unos jóvenes que, hijos de la democracia y formados en la normalización, ven como se agotan modelos y sufren la crisis económica y del bienestar). Entre estos últimos se detecta un aumento muy significativo de la presencia femenina. “Gentes que han crecido en libertad y cuyo choque con la gran crisis les sitúa casi en la disidencia. Toman la voz”.
Tres generaciones a quienes los autores de la antología han querido adjudicar un símbolo: mayo del 68 y su nuevo imaginario, caída del muro de Berlín y atentado de las Torres Gemelas. Como apuntaba Vicenç Altaió, el libro tiene presencia ética y estética, con una cubierta realizada por Claret Serrahima para la ocasión.
“Nunca, como en el período que tratamos, había vivido la poesía catalana tan alta plenitud en número de autores y presencia geográfica, en cantidad de traducciones y colaboraciones”, apuntaba Vivenç Altaió –también presidente de la Fundació Joan Brossa– defendiendo el guiño que les ha llevado a colocar en el primer lugar de la lista a Carles Santos o, más adelante, a Perajaume, procedentes de otras mundos artísticos como la música o la pintura.
Se trata, pues, de una relectura que genera un interés didáctico. “Creemos que debería pasar por instituciones educativas y universidades. Las circunstancias
El estudio analiza tres generaciones de poetas: la de la revolución, la de la normalización y la de la insurrección
políticas lo realzan”. Más que una antología, sus dos autores consideran que han conseguido “la construcción de un mundo poético. Cada poeta es una literatura. Invitamos a leerlo como un relato, ignorando incluso el nombre del autor y su procedencia. Formando un sujeto colectivo: la poesía en lengua catalana”.
Sala-Valldaura reconoce que ha sido una labor difícil (“un buceo, al final, obsesivo, un tormento”) y se muestra convencido de que “estamos en un buen momento poético gracias a un mal momento social. La poesía, a veces vive del detritus, de las verdades en minúscula...”.