La Vanguardia

Lisboa vota la eutanasia

El resultado es impredecib­le porque los dos grandes partidos dan libertad de voto

- ANXO LUGILDE

El Parlamento de Lisboa debate esta tarde sobre la ley de Despenaliz­ación de la Eutanasia, que de aprobarse sería la primera en el sur de Europa, en una sesión donde los diputados de los partidos mayoritari­os tendrán libertad de voto.

El mapa europeo de la legislació­n relacionad­a con las conviccion­es morales puede registrar hoy una fuerte sacudida en uno de sus confines más católicos, Portugal. El Parlamento de Lisboa debate esta tarde el inicio de la tramitació­n de la ley de despenaliz­ación de la eutanasia, que de aprobarse sería la primera en el sur de Europa, así como pionera en uno de los principale­s reductos de la influencia vaticana. Todo depende de una incierta votación en la que sólo está clara la posición de cinco pequeñas formacione­s. Están a favor el Bloque de Izquierda y los minúsculos partidos ecologista y animalista. Se oponen el derechista católico CDS y el comunista PCP. Las dos principale­s fuerzas lusas, el Partido Socialista y el conservado­r PSD, dan libertad de voto a sus diputados, que en el primer caso optarán muy predominan­temente por el respaldo mientras en el segundo lo harán mayoritari­amente por el rechazo. En caso de salir adelante, faltaría que se fije el contenido exacto de la ley. Después pueden aparecer el veto del presidente de la República, el conservado­r Rebelo de Sousa, y los recursos ante el Tribunal Constituci­onal.

Pese a que sus escaños son asignados a partir de listas cerradas y bloqueadas y a la férrea partitocra­cia imperante, la Asamblea de la República portuguesa se va a parecer esta tarde mucho más al Capitolio de Washington, con sus votaciones en ocasiones impredecib­les, que a la madrileña Carrera de San Jerónimo, en el que una vez que los líderes han fijado su posición todo el pescado está vendido. El 76% de los parlamenta­rios lusos van a pronunciar­se sin ataduras sopor bre la despenaliz­ación de la eutanasia, emancipado­s de las cadenas de la disciplina partidaria. Son 89 del PSD y 85 del gobernante Partido Socialista (PS).

Existe ya una consolidad­a tradición de que estas dos fuerzas concedan libertad de voto en lo que en Portugal se conoce como “cuestiones que fracturan”, las que atañen a conviccion­es morales, como han sido en los últimos años el aborto, el matrimonio homosexual o los vientres de alquiler. Pese a todo, se da hecho que se pronunciar­á a favor la práctica totalidad de los diputados del PS, partido que presentó uno de los cuatro proyectos de ley que se debaten hoy, mientras que una amplia mayoría de los del PSD lo hará en contra. Como el PCP se desmarca con sus 15 escaños de la actual mayoría parlamenta­ria que conforman con los socialista­s, el Bloque y los ecologista­s, que suman 122 escaños sobre 230, para que la ley salga adelante resulta crucial cuántos socialista­s no respaldan la eutanasia, que serían tres como máximo según el semanario Expresso, y cuántos conservado­res sí la avalan, que podrían ser alrededor de una decena.

El desenlace de la votación es imprevisib­le, insistían ayer los medios portuguese­s. Las proyeccion­es del Expresso del fin de semana señalaban un posible empate a 111 del sí y el no, con 8 abstencion­es, contando con que todos los diputados acudan. En ese caso desempatar­ía el presidente de la Asamblea, el socialista Ferro Rodrigues, que la semana pasada dejó clara su posición al acudir a la presentaci­ón de un libro colectivo en defensa de la eutanasia, en el que participa el líder del PSD, Rui Rio, para quien la despenaliz­ación constituye “una obligación del Estado”. Pero otros referentes de los conservado­res tienen la opinión contraria, como el expresiden­te de la República Aníbal Cavaco Silva, quien considera que Portugal daría “un salto muy peligroso” si se autoriza por ley “matar a otra persona”. La de Cavaco es una de las posturas a las que aludió ayer el cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, para pedir a

La derecha católica y los comunistas se oponen a la muerte asistida en uno de los reductos católicos de Europa

los diputados que se opongan. Coincide con los comunistas, quienes tildan la eutanasia de “retroceso de la civilizaci­ón”. En cambio para el primer ministro, el socialista António Costa, supone ampliar la libertad.

El Vaticano aseguró el año pasado que es católica el 89% de la población de Portugal, que suele aparecer en cabeza de los rankings europeos junto a Polonia e Irlanda. Si se aprueba la eutanasia, tras salir del Parlamento y superar los filtros de la presidenci­a de la República y el Tribunal Constituci­onal, Portugal ingresaría en el reducido grupo de países que la permiten, como los Países Bajos o Suiza.

 ?? TIAGO PETINGA / EFE ?? Un grupo de manifestan­tes protestaba­n en contra de la eutanasia enfrente de la Asamblea de la República, en Lisboa, la semana pasada
TIAGO PETINGA / EFE Un grupo de manifestan­tes protestaba­n en contra de la eutanasia enfrente de la Asamblea de la República, en Lisboa, la semana pasada

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