Primas desbocadas
La incertidumbre eleva la rentabilidad de la periférica y baja la deuda alemana
Los recientes acontecimientos políticos en España e Italia están detrás del incremento de sus respectivas primas de riesgo mientras el bono alemán consolida su posición.
Las primas de riesgo de Italia y España –que miden el diferencial de rentabilidad entre su deuda a diez años y la alemana– acentuaron ayer su escalada por la crisis política de ambos países. La italiana se elevó desde los 206 a los 234 puntos. La española, con el bono en el 1,5%, no subió tanto, pero también pegó un buen estirón al pasar de los 106 del pasado viernes a los 118. Las fuertes ventas de bonos soberanos en el mercado secundario provocó una caída de su precio y un aumento de la rentabilidad.
Los inversores no saben cómo acabarán las crisis políticas de Italia y España, pero ya tienen una certeza: a corto plazo y medio mandará la incertidumbre. Por esa razón, los inversores deshacen posiciones en el mercado de deuda y mueven el dinero hacia activos considerados más seguros, aunque sean también mucho menos rentables. Es el caso de los bonos alemanes, que –con el aumento de la demanda– han ido subiendo su precio y ahora rentan poco más del 0,3% a diez años.
Aunque se trata de un mercado intervenido por las compras del Banco Central Europeo (BCE), la cotización de los bonos deja claro que la mayor preocupación es Italia. Allí la prima de riesgo empieza a preocupar de verdad por el nuevo reto que su ingobernabilidad supone no sólo para el país, sino también para el euro. Ayer, además de la deuda, la bolsa italiana bajó un 2,1%, arrastrada precisamente por los bancos, los principales tenedores de la deuda del país. Desde FinecoBank, que cayó un 7,2% hasta Intesa, que limitó los daños al 3,2%, todas las entidades financieras registraron fuertes pérdidas.
Las amenazas sobre el euro no tienen ni la fuerza ni la extensión que en el 2012, pero ayer hubo alguna señal de que –en el mejor de los casos– se producirán disfunciones importantes en la eurozona. Portugal, que había permanecido ajena a los últimos vaivenes, ya ha visto cómo su prima de riesgo está en los 170 puntos. La bolsa portuguesa fue ayer la segunda peor de Europa con su descenso del 1,7%.
En el conjunto de las bolsas, la corrección no es tan intensa, pero ya se respira un ambiente viciado en varias plazas. El Ibex retrocedió ayer otro 0,63% en su cuarta jornada consecutiva en rojo y cerró en los 9.764 puntos. Entre los grandes valores, el Santander perdió un 2%, le siguieron Telefónica y BBVA con un 1,2% y CaixaBank acabó un 1% abajo.
En estas circunstancias, la moneda única –ya presionada a la baja por el ritmo mucho más avanzado de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal– se sigue debilitando. Ayer, el euro estuvo a punto de perder los 1,16 dólares poco después de las 13 horas. Por la tarde, se recuperó ligeramente. Hasta mediados de junio no llegará la próxima reunión del consejo de gobierno del BCE, que supuestamente señalará el camino para la en teoría inminente retirada de los estímulos. De todas formas, todo esto queda ahora en segundo plano. El partido está ahora en Italia y, en menor medida, en España. Y el resultado es incierto.