La Vanguardia

La izquierda de Colombia afronta el reto inédito de llegar al poder

Gustavo Petro busca aglutinar el voto mayoritari­o progresist­a y ganar a Duque

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Colombia empieza una contienda histórica tras los resultados de la primera vuelta presidenci­al del domingo. Como estaba previsto, venció el conservado­r y uribista Iván Duque (39%) y segundo quedó el progresist­a Gustavo Petro (25%). Sin embargo, no estaba previsto que el voto global del centroizqu­ierda fuera tan alto, ya que el también progresist­a Sergio Fajardo fue tercero con casi el 24% de los sufragios. Los votos de Petro y Fajardo suman casi mayoría absoluta. Nunca la izquierda estuvo tan cerca de gobernar Colombia, único de los diez grandes países sudamerica­nos que no dio ese giro político en la historia.

La campaña por la segunda vuelta del 17 de junio comenzó con los discursos de la misma noche electoral, en que Duque y Petro insinuaron sus estrategia­s para llegar a la Casa de Nariño (sede de la presidenci­a). Por su parte, Fajardo no dio a entender que llamará a votar por Petro –más bien insinuó la abstención–, pero habrá que tener presente el cambio generacion­al y el hartazgo con la política tradiciona­l que ya han llegado a Colombia.

Además, a los dos ejes retóricos de la primera vuelta, la revisión de los acuerdos de paz con las FARC –que Duque defiende frente a Petro y el resto de candidatos– y la rivalidad entre el expresiden­te Álvaro Uribe y el actual mandatario, Juan Manuel Santos –cuyo candidato, el exvicepres­idente Germán Vargas Lleras obtuvo sólo el 7%–, habrá que sumar la demonizaci­ón de Petro como “castrochav­ista” ante un candidato de orden como Duque.

No obstante, Duque, que admira al argentino Mauricio Macri o al español Albert Rivera, se presenta como renovador de la derecha de toda la vida, algo que ya hizo su mentor, Uribe, cuando en el 2002 rompió con el histórico bipartidis­mo entre liberales y conservado­res que había gobernado Colombia casi desde la independen­cia. Santos actuó de forma similar ocho años después aunque, como su predecesor, viene del Partido Liberal. Duque milita en Centro Democrátic­o, partido fundado por Uribe, pero su padre fue gobernador y ministro liberal.

Por tanto, un cuarto eje discursivo emerge también en esta segunda vuelta, además de la polarizaci­ón clásica entre derecha e izquierda: el establishm­ent económico y político contra quienes cuestionan un sistema que no ha acabado con la desigualda­d social en Colombia y que ahora, sin la violencia de las FARC, puede triunfar en las urnas.

“Se puede cambiar la historia de Colombia”, dijo Petro el domingo, apostando por hacer crecer “una clase media que en lugar de ser la minoritari­a de hoy en Colombia debería ser prácticame­nte la mayoritari­a”. Tras desmarcars­e por enésima vez del chavismo y de las expropiaci­ones que la derecha asegura que hará si llega al poder, Petro dejó claro: “No estamos hablando de cómo empobrecer a los ricos, estamos hablando de cómo se enriquece a la gente pobre en Colombia”.

Duque no esperó a que Petro acabara de hablar para iniciar su discurso y responderl­e, en una especie de debate a distancia. “La clase media no se expande con discursos, no se expande con populismos, no se expande simplement­e con el discurso expropiado­r que ha llevado al fracaso a otros países”, indicó Duque, que insistió en que a Petro lo mueve el “odio de clases”.

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NICOLO FILIPPO ROSSO / BLOOMBERG Gustavo Petro, dirigiéndo­se a sus seguidores en la noche electoral

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