La izquierda de Colombia afronta el reto inédito de llegar al poder
Gustavo Petro busca aglutinar el voto mayoritario progresista y ganar a Duque
Colombia empieza una contienda histórica tras los resultados de la primera vuelta presidencial del domingo. Como estaba previsto, venció el conservador y uribista Iván Duque (39%) y segundo quedó el progresista Gustavo Petro (25%). Sin embargo, no estaba previsto que el voto global del centroizquierda fuera tan alto, ya que el también progresista Sergio Fajardo fue tercero con casi el 24% de los sufragios. Los votos de Petro y Fajardo suman casi mayoría absoluta. Nunca la izquierda estuvo tan cerca de gobernar Colombia, único de los diez grandes países sudamericanos que no dio ese giro político en la historia.
La campaña por la segunda vuelta del 17 de junio comenzó con los discursos de la misma noche electoral, en que Duque y Petro insinuaron sus estrategias para llegar a la Casa de Nariño (sede de la presidencia). Por su parte, Fajardo no dio a entender que llamará a votar por Petro –más bien insinuó la abstención–, pero habrá que tener presente el cambio generacional y el hartazgo con la política tradicional que ya han llegado a Colombia.
Además, a los dos ejes retóricos de la primera vuelta, la revisión de los acuerdos de paz con las FARC –que Duque defiende frente a Petro y el resto de candidatos– y la rivalidad entre el expresidente Álvaro Uribe y el actual mandatario, Juan Manuel Santos –cuyo candidato, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras obtuvo sólo el 7%–, habrá que sumar la demonización de Petro como “castrochavista” ante un candidato de orden como Duque.
No obstante, Duque, que admira al argentino Mauricio Macri o al español Albert Rivera, se presenta como renovador de la derecha de toda la vida, algo que ya hizo su mentor, Uribe, cuando en el 2002 rompió con el histórico bipartidismo entre liberales y conservadores que había gobernado Colombia casi desde la independencia. Santos actuó de forma similar ocho años después aunque, como su predecesor, viene del Partido Liberal. Duque milita en Centro Democrático, partido fundado por Uribe, pero su padre fue gobernador y ministro liberal.
Por tanto, un cuarto eje discursivo emerge también en esta segunda vuelta, además de la polarización clásica entre derecha e izquierda: el establishment económico y político contra quienes cuestionan un sistema que no ha acabado con la desigualdad social en Colombia y que ahora, sin la violencia de las FARC, puede triunfar en las urnas.
“Se puede cambiar la historia de Colombia”, dijo Petro el domingo, apostando por hacer crecer “una clase media que en lugar de ser la minoritaria de hoy en Colombia debería ser prácticamente la mayoritaria”. Tras desmarcarse por enésima vez del chavismo y de las expropiaciones que la derecha asegura que hará si llega al poder, Petro dejó claro: “No estamos hablando de cómo empobrecer a los ricos, estamos hablando de cómo se enriquece a la gente pobre en Colombia”.
Duque no esperó a que Petro acabara de hablar para iniciar su discurso y responderle, en una especie de debate a distancia. “La clase media no se expande con discursos, no se expande con populismos, no se expande simplemente con el discurso expropiador que ha llevado al fracaso a otros países”, indicó Duque, que insistió en que a Petro lo mueve el “odio de clases”.