El PP se muestra confiado y descarta la renuncia de Rajoy
El presidente anula su agenda y mantiene contactos discretos
El PP está más confiado que el pasado viernes en que la moción de censura no prosperará. Por eso ha propiciado que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, fijara de forma inmediata la fecha del debate y la votación. Al Gobierno, dadas las dificultades constatadas para que Pedro Sánchez tenga los votos necesarios para ser presidente, le interesa sobre todo “despejar dudas para que la inestabilidad se cierre cuanto antes”.
Y a eso está dedicado Mariano Rajoy, que anuló el único acto que tenía para hoy, la inauguración de un foro sobre autónomos y emprendedores, y que ayer tampoco acudió al PP a la habitual reunión de los lunes, que todos esperaban dada la gravedad de los hechos. Fue una mañana de contactos nacionales e internacionales, para tratar de transmitir confianza y estabilidad.
Y junto al intento de que la situación se aclare cuanto antes –“la incertidumbre es muy mala para España”, dice el Ejecutivo-, el Gobierno y el PP tenían otro encargo: redoblar más, si cabe, los ataques contra el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, por la “irresponsabilidad” de presentar la moción de censura justo después de que el Gobierno consiguiera construir una mayoría para aprobar los presupuestos generales del Estado, lo que, a juicio del Ejecutivo, proporcionaba estabilidad interna y confianza internacional, en un momento en que vuelve a ser preocupante para Europa, dada la situación en Italia.
Rajoy está preocupado por que España pueda perder no sólo la credibilidad, sino el puesto relevante que había logrado en Europa tras haber conseguido formar Gobierno pese a la fragmentación de su Parlamento y aprobar, por segundo año, las cuentas a pesar de la debilidad parlamentaria. Además, el Ejecutivo también ha conseguido frenar el desafío soberanista en Catalunya, con un apoyo muy amplio a un decisión tan difícil como la aplicación del artículo 155.
El otro flanco que el Gobierno y el PP trataron ayer de frenar fue el abierto en el seno del PP sobre el liderazgo de Rajoy. El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, dejó claro que el presidente del Gobierno “no va a dimitir”, que Rajoy “es una persona que no dimite, porque lo que quiere es estabilidad, y lo que da estabilidad es un gobierno que gobierne y no un gobierno en su vertiente Frankenstein”, en referencia a la amalgama de fuerzas políticas que podrían investir a Sánchez como nuevo presidente.
Desde el Gobierno también se trató ayer de despejar los rumores sobre que Rajoy podría convocar elecciones si consigue superar la moción de censura. No lo hará, insisten, porque provocaría un tiempo de incertidumbre que podría dañar el crecimiento económico del país y, por lo tanto, la creación de empleo.
También el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, salió al paso de las soterradas críticas al líder del partido y aseguró que Rajoy cuenta con el apoyo unánime del partido. Así, señaló que hay consenso en que “Rajoy tiene la legitimidad para seguir gobernando, porque tuvimos el apoyo del conjunto de los ciudadanos”. El PP se propone “salir de este atolladero y seguir gobernando el tiempo que corresponda”, dijo Martínez-Maillo, que añadió: “Por ahora, quedan dos años de legislatura”.
Entre tanto, el Ejecutivo y el PP no ahorraron ayer calificativos hacia Pedro Sánchez, y ninguno bueno. Le han acusado de frivolidad, de actuar con ansiedad, de tener una ambición sin límites. Y es que el Gobierno se siente traicionado por el secretario general del PSOE. “Traicionado, sorprendido y desengañado”, dijo el ministro portavoz, Méndez de Vigo, en una entrevista en la cadena Cope.
El arma que utiliza el Gobierno contra Sánchez es la que considera que más puede calar en el electorado socialista tradicional, la de haberse echado en manos del independentismo catalán, y estar dispuesto a darles lo que le pidan con tal de ganar la moción de censura. “Sánchez quiere ser presidente cueste lo que cueste”, afirmó Méndez de Vigo, que llegó a decir que para cumplir esa ambición personal no le importa “contar con los votos del Le Pen español (en referencia a Quim Torra)”. No le importa, insistió, “ser presidente con los votos de Bildu y con quienes han dado un golpe de Estado contra España”. En la misma línea, el portavoz del PP, Pablo Casado, reprochó al líder socialista “cambiar a Rajoy por Puigdemont y Otegi”.
Además, el Gobierno y el PP tratan de hacer mella en la unidad que hasta ahora parecen tener los socialistas respecto a la iniciativa de Sánchez y recuerdan que “esto va en contra de toda la historia del PSOE desde hace muchos años”, de ahí que muestren su sorpresa porque no se levanten las voces que puedan ser contrarias a la actitud de su secretario general.
El Gobierno se siente “traicionado y desengañado” por Sánchez, tras acordar el 155 con él