La idea de Europa
El filósofo George Steiner aseveraba que “mientras haya cafés, la idea de Europa tendrá contenido”. La visión de una Europa conectada por las ideas, por la fuerza creadora de sus autores, por sus espacios abiertos como los cafés, donde poder disolver las diferencias, donde poder trazar desacuerdos y recuperar el tiempo para pensar y divagar, nos muestra hasta qué punto esta imagen culturalista es una intensa luz del pasado que declina lentamente ante nosotros; una luz que está siendo apagada por partidos como el Movimiento 5 Estrellas, la Liga Norte, el Frente Nacional, Alternativa para Alemania o los populismos rojos en Francia y España con sus propuestas de retorno a la frontera y la recuperación obsesiva de su soberanía para detener los cambios de la globalización.
Los periodistas Josep María Martí Font y Christophe Barbier lo documentan en su imprescindible libro La fortaleza asediada, donde recorren la Europa populista en la que ya vivimos. En su viaje por Europa, miren donde miren, sólo hay un frente político que crece, se reproduce y anexiona los amplios consensos europeos construidos a finales del siglo XX para convertirlos en campos de batalla: el populismo. En el mapa europeo, hasta hace poco sin chinchetas y banderas, ya casi no es posible distinguir los países que conforman Europa, dada la proliferación de artefactos políticos que desean fragmentarla. El Brexit en el Reino Unido, las democracias autoritarias de Centroeuropa, las sociedades divididas como Bélgica o Catalunya, la neoderecha austriaca y el temor al sur no italiano de la Italia de la Liga Norte, trazan una realidad que ha venido para quedarse.
Europa debe empezar a asumir, por sorprendente que pueda parecer, que la Francia de Macron y la Alemania de Merkel son los últimos diques de contención para pactar, retrasar o incluso detener el avance de la Europa populista. Los valores que impulsaron la Unión Europea, como son la libre circulación de personas, el respeto a las leyes, una unión monetaria que dé impulso y estabilidad a la economía y la defensa y protección de las libertades, hoy son tratados como valores negativos desde los populismos con el fin de ganar votos. El título del libro de Enrico Letta, Hacer Europa y no la guerra, como un encendido alegato a favor del europeísmo, nos permite advertir que el populismo va a emprender el camino de hacer la guerra a Europa.