Prohibido el usar y tirar
La UE vetará pajitas de bebidas, bastoncillos de algodón y cubiertos de plástico
La legislación europea estrecha el cerco sobre los productos plásticos de usar y tirar, acusados de no ser reciclables y de contaminar los océanos. La Comisión presentó ayer el borrador de su directiva para reducir el impacto de estos artículos desechables. La norma prohibirá los bastoncillos de algodón, los cubiertos, los platos, las pajitas, los agitadores de bebidas y los palitos de globos de plástico. Sólo serán aceptables si son biodegradables. “¡No hay tecnología de reciclado para el bastoncillo de las orejas o los cubiertos de plástico!”, enfatiza Víctor Mitjans, experto del Área Metropolitana de Barcelona, citando como ejemplo de ese comercio caprichoso de objetos consumidos al instante y que serán residuos años y años.
La UE ha convertido los productos plásticos de usar y tirar en el centro de su diana en la estrategia contra la contaminación de los mares. Cada año, 500.000 toneladas de plásticos abandonados acaban en los mares de la UE. Los plásticos representan entre el 80% y el 85% de los objetos encontrados como basura marina en las playas europeas y, en concreto, los de un solo uso son la mitad de esos desechos de playa. Las medidas afectan a 10 productos concretos (que suman el 70% de residuos plásticos).
“Europa tiene que actuar unida para hacer frente al problema de los plásticos, ya que esos residuos acaban en nuestros suelos, nuestros océanos y nuestros alimentos”, destacó Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión.
La directiva prohíbe la entrada en el mercado de plásticos de un solo uso cuando existan alternativas. Además, se quiere que la reutilización y los sistemas de depósito y retorno propicien el uso de materiales de calidad y perdurables. A la vez, se quiere incentivar las soluciones limpias y seguras, para que las empresas europeas sean líderes tecnológicos frente a sus competidores mundiales.
El documento señala que los estados miembros tendrán que reducir el uso de los recipientes alimentarios (comida inmediata) y de los vasos de plástico, pero no se da una meta y objetivo cuantificado para disminuirlos.
Además, exige a los estados que recojan separadamente, para el año 2025, el 90% de las botellas de plástico de un solo uso que pongan en el mercado anualmente (en peso). Para ello, los países podrán instaurar el sistema de depósito, devolución y retorno del envase de bebidas (de manera que este residuo plástico se pueda devolver al comercio), o bien tendrían la opción de hacer una recogida selectiva separada pero incrementando notablemente el esfuerzo. Ya existe el contenedor amarillo (para los envases) pero la mezcla de desechos hace que los niveles de reciclado de botellas de bebidas sean insuficientes según los expertos.
Otro capítulo establece que los recipientes de bebidas de un solo uso (de plástico) únicamente podrán comercializarse si sus tapas y tapones permanecen unidos a ellos, lo que requerirá armonizar las regulaciones industriales.
Capítulo aparte merecen las toallitas húmedas, compresas y tampones, acusadas de generar graves bloqueos y gastos millonarios en los sistemas de evacuación de
aguas residuales. Estos artículos deberán incluir “información clara y legible” sobre el modo de eliminación de los residuos, su impacto ambiental negativo y la presencia de plásticos en ellos.
Más exigencias. Los fabricantes de productos de un solo uso verán ampliada su responsabilidad, lo que comportará que afronten los costes de la gestión para propiciar su reciclado y la limpieza de residuos. Esta exigencia afectará a los recipientes alimentarios (comida inmediata), los envoltorios de alimentos (patatas fritas, golosinas, aperitivos dulces o salados), los recipientes y vasos de bebidas, los productos del tabaco con filtro (colillas), las toallitas húmedas, los globos y también las bolsas de plástico ligeras.
La propuesta de directiva tendrá ahora que ser negociada entre Consejo (gobiernos europeos) y Eurocámara; y una vez aprobada, los países tendrán dos años para que entre en vigor.
“Este es un gran paso adelante. Pero no establece objetivos de reducción específicos para los envases de bebidas y envoltorios de alimentos”, señala Rosa García, directora de la Fundación Rezero.
Después de 6 años desde la transposición de la directiva (hacia el 2026), se revisará la lista de los productos aludidos, con la posibilidad de ampliarla para establecer objetivos específicos de reducción. Pero “este periodo nos parece demasiado prolongado teniendo, dada la gravedad del problema. Hay riesgo de que los países miembros puedan justificar cualquier actuación de reducción de residuos”, añade García. Esta experta cree que “es un error” que las exigencias sobre las nuevas responsabilidad no afecten a las empresas de compresas, tampones ni pañales (tanto infantiles como adultos).
“Celebramos que una directiva europea, por primera vez, abra la puerta a que determinados productos plásticos sean prohibidos por su impacto en el mar”, dice Víctor Mitjans. De hecho, la estrategia europea sobre plásticos plantea como objetivo lograr que en el 2030 el 100% de los plásticos sean reciclables o reutilizables.
“Muchos de los productos sobre los que los que la directiva aplicará limitaciones o restricciones de uso son materiales difícilmente segregables; es casi imposible reciclarlos y tienen poca salida en el mercado”, señala.
Italia ya ha prohibido los bastoncillos de algodón, Francia ha restringido la comercialización de platos y vasos de plástico y la oposición en España promovió en el Congreso una proposición en la misma línea. Para evitar el riesgo de fragmentación, la CE ve necesario crear un marco legislativo armonizado.
DE AQUÍ AL 2025
Los estados deberán recoger el 90% de las botellas de este material de un solo uso
FUNDACIÓN REZERO
Las oenegés piden objetivos de reducción para envases y envoltorios de comida