La Vanguardia

La nostalgia es para viejos

- Carlos Zanón

Sólo se recuerda lo olvidado aunque lo cierto es que uno nunca consigue olvidar nada. Para aliviar esa maldición bíblica la mente nos da el respiro de permitir borrar la manera de llegar a ese recuerdo y éste no es sino una neurona impactada por algo que nos deforma ya sea para bien o para mal. Esa neurona será con el tiempo el calcetín perdido bajo la cama. El presente es el mundo puesto cada día para nosotros. La mejor noticia del presente es que es ahora y usted está vivo y, probableme­nte, yo. Borremos todos los caminos de vuelta a las cosas, a las personas, a los lugares que nos impactaron. Hagamos eso y miremos alrededor con los ojos puestos en la cara por vez primera y bajemos hasta el barrio de Sant Antoni y veamos un dragón chino y el poeta Joan Vinuesa recitar versos libres y antes, el brillante pregón de un superhéroe del barrio, Miqui Otero.

El mercado dominical de Sant Antoni se inaugura ahora y en sus ramas están cromos, postales, juegos, tebeos y, en especial, libros. Libros, libros, miles de libros que esperan una segunda, tercera o quinta oportunida­d para ser ahora, para participar de tu presente. Si eres de Barcelona todos tenemos algo prendido de este dominical. De cuando te llevaban a cambiar cromos y esperar encontrar el que siempre te faltaba. Los recortable­s que tu padre te traía cuando estabas enfermo y en cama o los libros sobre pirámides malditas, atlantes o qué sucedió realmente en Sodoma y Gomorra. Esos tebeos que podías comprar para un festín –el primero de decenas– de domingo por la tarde. Ojos nuevos sobre las mismas viñetas y las mismas historias y aún sabiéndola­s, eran por primera vez. Ojalá pudiera perder eso, olvidar la evocación, el camino de regreso a esos recuerdos. La nostalgia es pedalear en la arena. La nostalgia te hace mirar atrás y todo empieza a saberte a sal.

El libro usado, la revista caduca, los lugares que no existen son presentes si tus ojos son los de ahora, si hay algo desconocid­o en ti y delante tuyo. A uno no le gusta leer como no le gusta amar hasta que encuentra algo que no había encontrado antes. Te enamoras de un libro, te enamoras de alguien. Y cuando se termina el libro, ese alguien, buscas en el presente –nunca en el pasado– otro libro, otro alguien que te produzca el mismo efecto, que te recupere para la inmediatez. Hay libros y personas de una noche, decepciona­ntes, aburridos o simplement­e para otro. No importa. Perseveras y lo encuentras. Más libros y personas de los que te enamoras. Y siempre es en el hoy. Siempre en el ahora porque ahora es siempre. No hay nada en el pasado que sirva. Abre un libro como la primera vez, entra en ese café y mira alrededor. Borra todos los contactos de tu móvil. Olvida quién fuiste y recuerda quién eres: unos ojos en Sant Antoni un domingo por la mañana, entre una riada de gente, un dragón chino, poemas en el aire y Otero invocando a Spiderman, Teo y a Casavella: todo ahora y aquí.

A uno no le gusta leer como no le gusta amar hasta que encuentra algo que no había encontrado antes

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain