Colau abre diligencias por los incidentes del lazo
La guerra de símbolos deja atrapado entre dos fuegos al gobierno de Colau, que mantiene la pancarta en el balcón consistorial
Los incidentes del domingo en la plaza Sant Jaume, donde una manifestación en defensa de la unidad de España presionó al Ayuntamiento de Barcelona para que retirara la pancarta con el símbolo amarillo en favor de los políticos presos que desde hace meses cuelga del balcón consistorial, ha vuelto a dividir en bloques a las fuerzas municipales. El gobierno ha abierto diligencias para esclarecer los hechos, en los que algunos manifestantes derribaron las vallas que protegían el edificio y se produjo la caída de un guardia urbano que lo custodiaba. Mientras, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, garantizó que el lazo se mantendrá en el balcón.
El número dos del Ayuntamiento dio ayer explicaciones de lo sucedido. “Hubo una manifestación convocada por Tabarnia. Grupos ultras protagonizaron altercados y empujones del todo inaceptables. Por razones de seguridad, el lazo amarillo estuvo descolgado 10 minutos y después se restituyó de inmediato”, explicó en un tuit
La reacción del gobierno Colau no satisfizo ni a independentistas ni a unionistas. PDeCAT y ERC pidieron una convocatoria de la junta de portavoces que se celebrará este mediodía. Jaume Ciurana (PDECat) dijo que “hay una situación de anormalidad institucional en Catalunya” y que su partido quiere saber “cuál era el operativo de protección del Ayuntamiento y si hubo improvisación”. Para Jordi Coronas (ERC) lo sucedido “es muy grave, es un ataque a la institución y a la libertad de expresión porque la decisión de colocar el lazo tenía una mayoría democrática detrás”.
Diametralmente opuesta fue la reacción de Ciudadanos y PP. Carina Mejías (Cs) exigió la retirada del lazo amarillo, “un símbolo partidista”. “En una situación de fractura como la que hoy sufre la sociedad catalana queremos evitar cualquier motivo para crear más tensión y por eso queremos que se respeten los espacios públicos, que son de todos”, añadió Mejías. Alberto Fernández (PP) dijo en Twitter que “el lazo amarillo en el ámbito privado es una opción personal, pero en el ámbito público es una soga a la convivencia”. Jaume Colboni (PSC) pidió a la alcaldesa Ada Colau “que blinde los espacios institucionales de símbolos partidistas”, algo que, a su juicio, pasa por “no utilizar el balcón de manera partidista, con símbolos que llevan a la división y que no cuentan con el consenso de todos los ciudadanos”. La CUP tildó de muy grave lo sucedido y se pregunta con qué criterios Colau dejó “campar impunemente una manifestación con fascistas y nazis”.