Qué desencadena la migraña
Factores hormonales. Durante la menopausia, la ovulación o la menstruación
se suelen sufrir más crisis.
Estado de ánimo y de salud. El estrés, la ansiedad, la depresión o el cansancio son aliados de la migraña. También lo son fumar, tener la tensión alta o sufrir un golpe en la cabeza dolor en partes del cuerpo como el cuello o los dientes.
Cambio de rutinas. Variaciones en la alimentación o en el sueño (especialmente dormir poco), irse de vacaciones o los cambios de clima y altitud pueden propiciar la aparición de episodios.
Factores ambientales. La luz solar o muy brillante, o la intermitente, así como los sonidos fuertes o estridentes y determinados olores, además de favorecer la aparición de una crisis, suelen empeorar los síntomas de la migraña.
Ejercicio. Aunque realizar actividad física es beneficioso para mejorar el estado de salud general, los movimientos bruscos, agacharse deprisa, levantar mucho peso o hacer ejercicios muy intensos puede resultar contraproducente.
Alimentación y medicamentos. La aparición de las crisis se asocia a veces a la ingesta de ciertos alimentos (queso curado, leche y derivados, nueces, tomate, chocolate, vino tinto...) o medicamentos (anticonceptivos orales o fármacos para dormir).