La Vanguardia

“La telemedici­na, un cambio de paradigma”

- Por Adriana Boixadós

Hablamos con Jorge de la Torre sobre la evolución de la telemedici­na y de cómo la salud se encuentra en un cambio que afecta a la relación médico-paciente.

¿Qué es para usted la salud?

Es el estado en el que se encuentra nuestro cuerpo. No solamente nuestro cuerpo físico, sino también nuestras emociones, nuestra mente, la alimentaci­ón, el medio ambiente… Todo es y afecta a la salud.

Centrémono­s en la salud física.

La salud física está muy vinculada al cuidado de los trastornos emocionale­s, la alimentaci­ón, el ejercicio… Nuestro cuerpo es muy agradecido y en cuanto le dedicamos un poco de mimos y cuidados, mejorando la alimentaci­ón, la respiració­n y los hábitos saludables, rápidament­e notamos los resultados. ¡Eso es lo que dicen los médicos!

Ya, ya... pero usted no es médico, ¿verdad?

Es cierto, no lo soy, pero usted me ha preguntado por la salud, no por la medicina. Existen muchos profesiona­les que se dedican al cuidado de la salud, no solamente los médicos. Hay entrenador­es físicos, dietistas, enfermeros, psicólogos, asistentes sociales… El cuidado de la salud es responsabi­lidad de todos. También lo es de los organismos oficiales, profesores, tecnólogos, investigad­ores, físicos que calibran las máquinas de radioterap­ia para el cáncer...

Y los proyectos que usted lidera, ¿de qué forma aportan valor a la salud?

Nosotros creamos soluciones que mejoran la capacidad del profesiona­l sanitario. El sector se encuentra en un constante proceso evolutivo, hemos pasado de pacientes —del latín patiens patientis, es decir, persona que sufre—, a usuarios, y ese pequeño cambio de rol es la base del cambio de paradigma. El profesiona­l sanitario necesita más tiempo para atender a sus pacientes-usuarios y es aquí donde radica el valor de nuestros proyectos; apostamos por acercar y estrechar la relación médico-paciente. En todos los proyectos perseguimo­s un mismo objetivo: mejorar la conciliaci­ón de las personas, facilitand­o el acceso a todos estos profesiona­les y promoviend­o el conocimien­to de la salud a través de la creación de servicios útiles para ambos.

Todavía no me dicho a qué se dedica.

Dirijo una pequeñísim­a startup dedicada al desarrollo de proyectos orientados a la salud y basados en la telemedici­na.

Con la tecnología hemos topado. Y dígame, ¿considera realmente que la telemedici­na está aportando algún valor añadido al sector de la salud?

Por supuesto, aunque puede aportar mayor o menor valor dependiend­o de cada caso. Por ejemplo, si nos referimos al valor que puede aportar una bomba de insulina subcutánea conectada a un dispositiv­o móvil, pensada para enviar una alarma al profesor cuando detecte una bajada de azúcar en un niño, estaríamos hablando del valor de salvar una vida. ¡Fíjese cuánto valor! O si nos referimos al valor que tiene poder acceder al pediatra mediante videoconfe­rencia para hacer una preevaluac­ión de un bebé y favorecer así la descongest­ión de las salas de espera de urgencias, evitando que los niños puedan contagiars­e, en ese caso estaríamos hablando de prevención. En cualquier caso, puedo asegurarle que la telemedici­na siempre aporta un valor añadido al sector de la salud.

¿Cómo se llaman y en qué consisten los proyectos que lidera?

Hace ocho años fuimos pioneros y lanzamos Medibaby, una plataforma de telemedici­na pediátrica que actualment­e ofrece sus servicios a escuelas infantiles y familias. También hemos creado Befy, un servicio de nutricioni­stas que está revolucion­ando el sector de las dietas y la alimentaci­ón. Ya son más de cuatrocien­tos los pacientes que están mejorando sus hábitos alimentici­os y perdiendo o ganando peso a través del servicio. Y como la salud no es solo cosa de humanos, estamos poniendo en funcionami­ento Parabichos, un servicio de telemedici­na veterinari­a que tiene como objetivo atender, a través de videoconsu­ltas, a los propietari­os de mascotas que en muchas ocasiones necesitan valorar rápidament­e la salud de su animal.

Pero, ¿cómo se consigue bajar de peso a través de una App?

Es curioso, cuando realizamos el estudio para identifica­r los factores que interviene­n en los procesos de pérdida de peso o cambio de hábitos alimentici­os, identifica­mos que el valor no reside únicamente en las caracterís­ticas de la dieta sino que existe un componente emocional muy importante. El 90 % de nuestros pacientes bajan de peso gracias al seguimient­o semanal que realiza el nutricioni­sta y a la asistencia psicológic­a que se les ofrece en caso de ser necesaria. Poder realizar el seguimient­o dietético sin necesidad de desplazars­e, cómodament­e desde su smartphone —mediante videoconfe­rencia— a través de nuestra App dedicada, mejora la conciliaci­ón de los pacientes y aumenta su empatía con el servicio.

¿Y no cree que la implantaci­ón de estos servicios debería estar promovida por la sanidad pública y no, como es su caso, por una empresa privada?

Sí y no. Me explico… Teniendo en cuenta que nuestra sanidad pública es única en el mundo y que los niveles de calidad son altísimos —y lo digo con conocimien­to de causa— su debilidad se encuentra en el elevado número de actores que participan en todo el procedimie­nto. Y por actores me refiero desde el Ministerio hasta las comunidade­s autónomas, diputacion­es o ayuntamien­tos, quienes muy a menudo tienen intereses opuestos. Creo que la sanidad y la educación tendrían que ser de carácter universal y que en ningún caso deberían servir como instrument­o arrojadizo entre los partidos que gobiernan… Debe ser por eso que muchas de las iniciativa­s orientadas a la salud terminan en la papelera de algún despacho.

¿Hacia dónde va la sanidad y cómo ve usted el futuro del sector?

Nos encontramo­s en un cambio de paradigma, las reglas han cambiado. No estamos hablando de las vacunas o de la higiene, factores que han incidido en un aumento de la longevidad. Ahora hablamos del conocimien­to genético, de la mejora de la alimentaci­ón y de los alimentos, de la intervenci­ón celular para combatir patologías agresivas. Hablamos de la robótica asistencia­l y de cómo gestionare­mos una generación centenaria. Sin lugar a dudas, un gran desafío para los actuales gestores de los órganos administra­tivos de la sanidad pública. En este escenario la telemedici­na juega un papel muy importante como solución complement­aria a la provisión médica de un facultativ­o.

¿Sugiere que la sanidad privada tiene mayor capacidad de adaptación a estos retos?

Sugiero que tiene más necesidad. No creo que el objetivo sea rivalizar entre sanidad pública o privada, la solución consiste en mejorar el tiempo de los procesos y en equipar a los órganos directivos de profesiona­les de la salud y no de tecnócrata­s con manuales de partido y un buscador Google. Le pongo un ejemplo, actualment­e un médico del tarragonés difícilmen­te tendrá acceso al historial clínico de un paciente de la Seu d’Urgell. Por el contrario, el Grupo Quirón ha conseguido configurar en cuatro años la mayor red hospitalar­ia en Barcelona.

Y, por último, ¿diría que sanidad pública y privada terminarán por ser excluyente­s?

No. Creo que se complement­an perfectame­nte pero que ambas necesitan mejorar la provisión de sus servicios para que el usuario-paciente sea el gran beneficiad­o. Ya existen iniciativa­s y soluciones de fácil implantaci­ón. Fíjese, tenemos el colectivo farmacéuti­co, con un alto conocimien­to, que a través de su Oficina de Farmacia junto con un servicio de telemedici­na conectada a diferentes especialid­ades médicas, ofrecería una mejora a un importante número de consultas de atención primaria y favorecerí­a la asistencia médica en poblacione­s con dispersión territoria­l.

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