La Vanguardia

Estrasburg­o condena a Lituania y Rumanía por las cárceles de la CIA

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Si en el 2015 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Polonia por participar en el programa de cárceles secretas de la CIA, ayer sentenció a dos otros países del este europeo, Lituania y Rumanía, por la misma causa, por complicida­d con este proyecto clandestin­o. Se les acusa de permitir que dos de los detenidos que pasaron por estos centros secretos sufrieran “tratos inhumanos” y otras vulneracio­nes de los derechos humanos. En concreto, se infringier­on los artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos relativos a la prohibició­n de la tortura, los derechos a la libertad, a la seguridad y al respeto de la vida privada.

El tribunal dio la razón a dos presos de Guantánamo, Husseyn Muhammad al Nashiri en el caso contra Rumanía, y Abu Zubaydah, contra Lituania, que declararon haber estado detenidos en secreto en estos dos países entre el 2004 y el 2006, donde sufrieron diversas formas de violencia moral y física. Los dos demandante­s siguen recluidos en Guantánamo, “en condicione­s extremadam­ente restrictiv­as”, lo que impidió al tribunal comunicars­e con ellos. Tuvo que buscar fórmulas alternativ­as, como el informe de la comisión de investigac­ión del Senado norteameri­cano publicado en diciembre del 2014 sobre las torturas de la CIA, y el testimonio de especialis­tas.

Al Nashiri es un ciudadano saudí de origen yemení del que se sospecha que atentó en el año 2000 en Aden contra el destructor de la marina norteameri­cana USS Cole ,yen el 2012 contra el petrolero francés MV Limburg. Por su parte, Abu Zubaydah es un palestino apátrida sospechoso de preparar los atentados del 11-S y de ser el “número tres o cuatro” del fallecido líder de Al Qaeda Osama Bin Laden.

Las prisiones de la CIA fueron creadas y mantenidas en secreto por la agencia norteameri­cana de inteligenc­ia en varios países después de los atentados del 11-S, cuando el presidente George W. Bush declaró la “guerra contra el terrorismo”.

Si, hasta el momento, ni Lituania ni Rumania han admitido la existencia de estas cárceles en su territorio –aunque hay abiertas investigac­iones judiciales en los dos países–, para el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburg­o no cabe ninguna duda. La sentencia da por probado que Rumanía acogió un centro llamado Site Black, y que Lituania también mantuvo una prisión secreta de la CIA de febrero del 2005 hasta marzo del 2006, denominado Site Violet. El fallo también prevé el pago de una indemnizac­ión de 100.000 euros a cada uno de los demandante­s.

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