Sangrienta protesta del día de la Madre en Nicaragua
Las manifestaciones ya suman un centenar de muertos pero Ortega rechaza dimitir
Nueva matanza en Nicaragua, donde ya van un centenar de fallecidos en las calles desde que el 18 de abril empezaron las protestas contra el gobierno sandinista de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. Los hechos, que se saldaron con ocho muertos y una cincuentena de heridos, ocurrieron en Managua el miércoles por la tarde (madrugada de ayer, hora española) durante una manifestación pacífica convocada en el día de la Madre (en Nicaragua) por las madres de los jóvenes muertos en el último mes y medio. Paralelamente, al menos siete personas murieron en distintas partes del país.
La cifra coincide con los datos ofrecidos por el Gobierno, que ayer confirmó 15 fallecidos y 199 heridos en varias ciudades entre el miércoles y la madrugada del jueves. Los opositores, los principales medios de comunicación y la Iglesia católica atribuyen las víctimas a disparos de las fuerzas de seguridad y de grupos violentos sandinistas. En cambio, el Gobierno insiste en que se trata de una “conspiración delincuencial” contra Ortega.
La primera consecuencia de la masacre fue que la Conferencia Episcopal de Nicaragua anunció la suspensión indefinida del diálogo entre el Gobierno y los opositores (universitarios, empresarios y campesinos), donde los obispos actuaban como mediadores. “No se puede reanudar la mesa del diálogo nacional mientras al pueblo de Nicaragua se le siga negando el derecho a manifestarse libremente y continúe siendo reprimido y asesinado”, dijo ayer la curia local en un comunicado.
Por su parte, los presidentes de las principales patronales enviaron el mismo miércoles una carta a Ortega solicitándole la convocatoria de elecciones anticipadas. “Ante la magnitud de esta crisis, le urgimos realizar todos los esfuerzos que estén a su alcance para encontrar una salida pacífica, antes de que nos veamos inmersos en una situación aún más trágica donde tomen auge los extremismos propios de la polarización”, indicaba la misiva de los empresarios, que hasta que estalló esta crisis eran aliados del Gobierno sandinista, tras las numerosas concesiones que Ortega les hizo desde que en el 2007 inició su segunda etapa en el poder.
Con la participación del cantante Carlos Mejía Godoy o el escritor y exvicepresidente sandinista Sergio Ramírez, la denominada Marcha de las Madres de Abril transcurría pacíficamente por las calles de la capital hasta que empezaron los disparos cerca del Estadio Nacional.
Poco antes, en otra zona de Managua, Ortega había protagonizado un acto en su apoyo y había dicho que “Nicaragua no es propiedad privada de nadie”. El presidente se atrincheró ante las peticiones de dimisión: “Aquí nos quedamos”.
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