El PNV da el sí decisivo contra Rajoy y a cambio salva los presupuestos
Aitor Esteban vaticina un escenario de inestabilidad si el PP sigue en el Gobierno
El PNV decidió ayer entre dos escenarios que le desagradaban. Y eligió apoyar la moción de censura de Pedro Sánchez porque “creemos que respondemos a lo que mayoritariamente demanda la ciudadanía vasca y al mejor ejercicio de la responsabilidad votando sí”, en las palabras de su portavoz parlamentario, Aitor Esteban.
En un discurso empapado de la gravedad y la solemnidad que la jornada requería y que no habían aparecido en los sucesivos duelos de Rajoy con José Luis Ábalos y Pedro Sánchez, el portavoz jeltzale dejó al socialista una advertencia crítica y en el fondo escéptica: “Confío en que el diálogo prometido sea cierto y que no abuse de la prerrogativa y el privilegio que le estamos dando”.
Cuando Aitor Esteban subió al estrado, el hemiciclo contenía la respiración –todos creían saber el sentido del voto, pero nadie las tenía todas consigo porque el PNV guarda los secretos como los agentes del MI5–, lo que el diputado aprovechó para bajar la voz y forzar aún más la atención de la cámara. Fue muy explícito en el proceso lógico que los ha llevado a tomar la decisión, tras fijar la idea de que, de nuevo, no era este un cáliz grato para el PNV. “Nosotros no tenemos interés en provocar la desestabilización del Estado, pero tampoco tenemos vocación de gobernar España: somos un partido vasco. Echar sobre nuestras espaldas la responsabilidad de la situación, cuando losgrandespartidosespañoles llevan meses provocando tsunamis políticos continuos, uno tras otro, no tiene ningún sentido”. Aitor Esteban, tras sus gafas, semejaba un padre levemente hastiado por tener que poner orden entre los chiquillos.
El diputado citó en tono de elogio a Antoni Puigverd y su columna Esperando el diluvio, publicada ayer por este diario: “Con la moción de censura de Sánchez a Rajoy, las palabras, rebozadas de heces, caerán sobre unos y otros. Dejarán un panorama desolador”, decía el texto, ante el que Aitor Esteban expresaba alivio: “No ha sido así. Y mis palabras no contribuirán al lodazal”. Y no lo hicieron. Bien al contrario.
Esteban asentó su discurso sobre cimientos de responsabilidad política y fue didáctico en explicar cómo ha llegado el PNV, cuyo órgano de gobierno, el Euskadi Buru Batzar (EBB) se reunía ayer para tomar una decisión tras escuchar a Sánchez, se inclinó por el sí: “La sentencia del caso Gürtel trasciende lo jurídico. Quien no entienda esto así, no entiende la situación”. Por eso no quiso entrar en el detalle y el menudeo del texto condenatorio en que se habían metido Ábalos y Rajoy. En tal sentido, Esteban asumió que su grupo iba a ser igualmente criticado si apoyaba la moción como si se desentendía: En un caso, “nos acusarán falsamente de encubrir la corrupción”, y en el otro, “nos acusarán falsamente de provocar la desestabilización”. Ante esta disyuntiva, la decisión se adopta a partir de dos criterios, ética política y responsabilidad.
El asunto ético es sencillo de entender, y se basa en el “impacto que ha tenido la sentencia”, más que en el detalle de si condena o no explícitamente al partido: “Las cosas son como son, pero también son como parecen que son”, dijo Aitor Esteban, haciendo gala de su conocida inclinación aforística. En plata: no importa cuánto contamina la
Aitor Esteban sostiene que el PNV basa su decisión en “la ética política y la responsabilidad”
sentencia al PP en sentido jurídico estricto, sino cómo lo percibe la sociedad. “Diferir en el tiempo las responsabilidades políticas mediante los tribunales tiene efecto rebote”, subrayó el portavoz, y añadía que “los marcos de inestabilidad que se anuncian son evidentes”, en alusión al impacto que ha tenido en la decisión del PNV la ofensiva de Pablo Iglesias, anunciando una moción para disolver las cámaras si Sánchez fracasaba. He ahí la clave de la decisión: el PNV no quiere elecciones ahora, y cree que Pedro Sánchez garantiza un tránsito más eficiente a la normalización institucional que Mariano Rajoy. De ahí que dejara flotando en el aire la sugerencia vasca: el PSOE debe agotar la legislatura.