Circunstancias de censura
La moción de censura lo ha precipitado todo. Hace solo siete días la estabilidad del Gobierno parecía asegurada hasta el 2020 y ahora estamos a punto de ver su caída. Ante este vértigo, merece la pena revisitar los clásicos. Dice Maquiavelo en El Príncipe que las circunstancias políticas cambian más rápido que el carácter de las personas y recurrir siempre a la misma estrategia, que es humano, puede suponer un coste fatal.
Este, probablemente, ha sido el pecado de Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno tomó la decisión de jugar exactamente la misma carta que en el año 2016: confiar en que la fragmentación y la polarización de la oposición conspirara a su favor. Sin embargo, hoy el PP no es aquel que había crecido electoralmente tras la repetición electoral de hace dos años.
Hoy el PP cotiza a la baja en las encuestas, con Ciudadanos comiéndole terreno, la corrupción sigue lacerando a su organización sin un solo gesto de enmienda y el fracaso de la crisis catalana le había dejado sin iniciativa política desde octubre. Sin duda, todos los partidos estaban de acuerdo en que con el Congreso actual la legislatura estaba empantanada y pedían elecciones. No haber sabido leer eso le ha salido carísimo al presidente.
La celeridad del PSOE en registrar la moción de censura casa bien con la idea de colocarse en un escenario ganador ante cualquier alternativa. Bien para que Pedro Sánchez ganara estatura presidencial, desgastando a quienes voten para sostener al gobierno del PP (sobre todo Ciudadanos), o para que pudiera encarar una campaña electoral en el medio plazo desde la Moncloa. Este último parece el escenario al que vamos.
Puede que la decisión de Ana Pastor de establecer la sesión parlamentaria tan rápido haya sido otro error: ha ayudado a que tirara adelante la iniciativa de Sánchez con mínimas negociaciones. Quizá si hubieran pasado algunas semanas los delicados mimbres parlamentarios del aspirante habrían caído. El PNV ha decantado la balanza y ya no hay camino de retorno, por más que ha alargado su decisión para conseguir garantías.
Hoy el PSOE, salvo cambio de última hora, desalojará a los populares de La Moncloa y dispondrá de una ventana de oportunidad que no tenía hasta ayer para recomponer su partido. Y es que la frase maquiavélica encierra gran verdad; las personas cambiamos menos que las circunstancias de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.
Quizás la decisión de Ana Pastor de celebrar tan rápido la sesión parlamentaria haya sido otro error