Moción en bucle
Cuando usted lea estas líneas tendrá mucha más información que yo. Escribo horas antes de que se inicie la moción de censura que en estos momentos habrá concluido, o estará a punto de concluir. Mi situación es un poco absurda. Su superioridad, amable lector, es evidente. Es usted quien debería estar escribiéndome a mí, para contarme lo que está pasando y sacar algunas conclusiones. Yo estoy dos días por detrás, no puedo evitarlo. Para usted, soy de anteayer. Para mí, usted es de pasado mañana. Una mujer o un hombre del futuro, se lo noto en el rostro lustroso que le imagino al leer estas líneas. A mí en cambio me crece el polvo, qué le voy a hacer. Estamos metidos en un bucle. Pero intentemos avanzar hacia alguna parte. De mi posición de desinformada puedo rescatar algunas cosas. Por ejemplo, las que me parecen importantes antes de saber si la moción prospera o no. Al fin y al cabo no estoy influenciada por el resultado de un intento.
Me parece bueno que la moción se haya presentado. El nubarrón constante de delitos organizados por el partido del Gobierno, por fin, ha bajado a tierra, y se ha materializado en una acción concreta. Y rápida. Si no se hubiera convocado esta moción –fallida o no, eso sólo lo sabe usted–, la sentencia de la Gürtel se habría ido difuminando en nuestras ocupadas cabezas. La vergüenza, la rabia que hemos podido sentir al conocerla se hubiera ido disipando, aplastada por otros escándalos. Es lo que ya lleva ocurriendo años. Los casos de corrupción se nos amontonan, unos tapan a otros; voluntario o no, es un gran truco. “Cs está esperando a pillar al presidente del Gobierno robando cremas para
La puesta en escena de esta moción puede ayudar a grabar en nuestra memoria la vergüenza de la Gürtel
echarlo del poder”, dice un tuit. El robo de cremas ha hecho mucho ruido porque es ridículo y pintoresco. A lo gordo ya estamos acostumbrados. No tenemos capacidad craneal para recordar cada uno de los robos que han sufrido nuestras arcas temblorosas. Usted y yo tenemos que seguir pensando en nuestras cosas. Pero la puesta en escena de esta moción puede ayudar a grabar en nuestra memoria la vergüenza de la Gürtel.
También es interesante la unión de partidos irreconciliables que, anteayer, ha provocado esta historia. Uno de ellos ha dicho: “A nosotros nos hace la misma poca gracia votar con ustedes que seguramente a ustedes votar con nosotros”. Por fin. Llevábamos mucho tiempo esperando algo así. Hay cosas que están por encima de cualquier desencuentro. La misión más trascendente de un gobierno consiste en administrar nuestro dinero. Los presupuestos del Estado son pura ideología; se gasta el dinero en armamento o en sanidad pública, forma parte de las reglas del juego. Pero que los administradores de nuestro dinero se organicen para robarlo no es tolerable. La única solución es despedirlos. Antes o después, eso sólo lo sabe usted.