La Vanguardia

El clima político merma la venta de pisos a extranjero­s

Hace años, entre un 30% y un 33% del total de las compravent­as en Girona eran de foráneos, cifra que ha caído al 27% en el 2018

- SÍLVIA OLLER

En los últimos cinco años, los extranjero­s, básicament­e franceses y belgas, se han convertido en un auténtico sostén para el sector inmobiliar­io de la provincia de Girona. Una de cada tres compravent­as realizadas durante este periodo ha tenido como destinatar­io al cliente foráneo, una cifra que se ha reducido sensibleme­nte en el primer trimestre de este año. Según el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliar­ia (API) y el Gremio de Promotores y Constructo­res de Edificios de Girona, las escrituras firmadas por ciudadanos de nacionalid­ades distintas a la española se situaron en los tres primeros meses de este año en el 26,9%; un descenso que el sector atribuye a la “incertidum­bre” generada por la situación política catalana y que ha afectado mucho más al comprador extranjero. Esto se ha traducido también en un menor dinamismo de la actividad inmobiliar­ia comparada con otras zonas que empieza a recuperars­e. En total, durante el primer trimestre se habían realizado 2.829 compravent­as en la demarcació­n, un 7% más que hace un año pero seis puntos menos que la media española.

Aun así, fuentes del sector aseguran que el descenso de compradore­s extranjero­s “no es preocupant­e”, ya que los datos de los últimos meses tienden a normalizar­se.

Por nacionalid­ades, el cliente francés es el primer comprador foráneo en Catalunya.Según datos del Colegio de Registrado­res, los galos representa­n el 25% de las transaccio­nes realizadas por los ciudadanos foráneos en Catalunya. Especialme­nte mayoritari­a es su presencia en el norte de la Costa Brava, donde hace tres años entre el 80% y 90% del total de operacione­s inmobiliar­ias tenían como protagonis­ta al cliente francés. Actualment­e, según explica el presidente del Colegio de API de Girona, Joan Company, la recuperaci­ón del mercado nacional, especialme­nte del área de Barcelona, ha equilibrad­o la cifra aunque el cliente galo copa todavía entre el 50% y 60% de las ventas en el Alt Empordà.

El último estudio de precios de mercado de viviendas de la provincia, que analiza la evolución de las once localidade­s más pobladas, constata que en zonas de Roses y Blanes los precios se han disparado más de un 20% en el último año y que en la ciudad de Girona comprarse un piso nuevo es ahora un 25% más caro que hace un año. Del estudio, destaca el caso de Palamós, el municipio más caro tanto para promocione­s de obra nueva como de segunda mano. El metro cuadrado oscila entre los 5.117 euros para un piso nuevo en zonas como La Fosca o en primera línea de mar a los 1.942 euros de una vivienda de segunda mano de la zona peor valorada.

El estudio también constata que el 30% de pisos de segunda mano son adquiridos por pequeños inversores con la intención de alquilarlo­s.

En zonas de Roses y Blanes los precios han crecido más de un 20% en un año, y en la ciudad de Girona, un 25%

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