El millonario que quiere poner ritmo al Mundial
HIZO GRANDE LA EMPRESA FAMILIAR, SE RETIRÓ TRAS UNA CRISIS PERSONAL Y AHORA QUIERE TRIUNFAR COMO DJ Y PONER MÚSICA A RUSIA 2018
“Yo he tenido dos vidas y estoy muy agradecido por ello”. Gianluca Vacchi –ropa sport, piel bronceada, músculos marcados– habla en el reservado más secreto de una discoteca barcelonesa donde llevan horas esperando a que se decida a ponerse al mando de los platos en la cabina del dj. Relajado, amigable (“puede seguir preguntando, el nerviosismo no está en mi sangre”, dice, mientras un miembro del staff mata con la mirada al entrevistador). Y es que su segunda vida incluye “hacer lo que yo quiera, no lo que los otros esperan que haga”. Y ahora quiere triunfar como dj, para lo que ha iniciado una carrera cuyo último hito, Love, espera ser el himno no oficial del Mundial de fútbol 2018.
Heredero del grupo industrial IMA, que fabrica sistemas de embalaje para farmacia, cosmética, alimentación y tabaco, Gianluca Vacchi nació en Bolonia (Italia) en 1967. Circulan por la red unas fotografías del 2008 que muestran un Gianluca irreconocible comparado con el actual: ropa formal, ni asomo de su marcada musculatura, cara rasurada, pelo castaño, apenas unos pocos tatuajes. Amén de que la comparación evidencia varios retoques de estética que se ha hecho practicar.
“Eso de que nací con mucho dinero es una leyenda –se defiende Vacchi a la mínima insinuación sobre su fortuna–. Lo que pasa es que cuando la gente ve que alguien tiene éxito inventa historias para quitarle importancia al éxito de esa persona. Yo nací en una familia burguesa que tenía negocios, pero ni el cinco por ciento de lo que es ahora”.
A los 45 años, tras dedicar más de veinte a hacer crecer la empresa familiar junto a sus primos, sufrió una crisis existencial y se sumió en un periodo de reflexión, del que salieron un libro y un lema, “enjoy” (disfruta), que también da título a la obra. ¿Qué le sucedió? “Decidí que mi curiosidad estaba muerta y que para mí lo más importante no era el dinero sino hacer las cosas bien”.
Así que delegó la gestión del día a día en su primo, conservó sus acciones y, amparado en una fortuna personal que se le calcula superior a 500 millones de euros, cambió de rumbo: deporte (“nunca he dejado de entrenar, cada día, sea una hora o veinte minutos. El ejercicio físico también es mental porque exige disciplina”), buena alimentación y entrega a Instagram, donde muestra una imagen audaz y fresca con intención de conectar con el público joven, que premia su esfuerzo: tiene 11,5 millones de seguidores.
Tal como él lo vive, ¿Instagram es real? “Instagram es una ventana sobre mi vida, me pongo ante la gente sin máscaras, porque la gente quiere ver la persona, no el personaje”.
¿Y cómo es la persona? “Soy un hombre que sigue creyendo en su sueño, que ahora es ser artista, compartir buena vibra con la gente a través de la música y llenarme de serenidad, que es lo más importante”.
¿Se reconoce en su imagen viral? “Sí, porque mis fotos no son montajes, son momentos de mi vida, y la gente lo ha comprendido. Es la razón de mi éxito en redes sociales. La gente no es imbécil, comprende si la persona es real o es un montaje”.
Amparado en el éxito de ese personaje, acaba de lanzar junto al colombiano Sebastián Yatra Love, una canción que mezcla reguetón y pop con sintetizadores. Para el videoclip han contado con la presencia de cinco estrellas latinas del fútbol: James Rodríguez, Yerry Mina, Dani Alves, Radamel Falcao y Santiago Arias, que en la grabación son gigantes pasándose el balón de ciudad a ciudad, alrededor del mundo, mientras bailan con los dos creadores del tema. Love aspira a ser para este Mundial 2018 lo que el Waka waka de Shakira fue para el del 2010, un himno global no oficial.
Ese es al menos el deseo de Vacchi, un hombre que se ha hecho una segunda vida a medida gracias a su fortuna. Que, sin duda, puede proporcionarle también una tercera.
“Mis fotos son reales, momentos de mi vida, es la razón de mi éxito en las redes sociales; la gente no es imbécil”